La justicia estadounidense solicitó a la Corte Suprema, en Chile, que detenga —con fines de extradición— al narco boliviano Eduardo Hurtado Céspedes por traficar cocaína hacia Nueva York.
De acuerdo con la carta rogatoria, el criminal fue acusado por las autoridades de esa ciudad el pasado 8 de septiembre de 2025, donde le imputaron cargos de “conspiración para distribuir” el alcaloide en la gran manzana.
Según los antecedentes recopilados por Informe Especial, Hurtado Céspedes no es un narco cualquiera. En Bolivia producía su propia droga, vendiéndola sin intermediarios.
La fiscalía neoyorquina —puntualiza la extradición— logró acreditar que Hurtado Céspedes viajó en 2023 desde la ciudad de Santa Cruz en Bolivia a Chile para concretar la venta de 110 kilos del alcaloide avaluados por entonces en más de dos millones de dólares, unos $2 mil millones en moneda chilena.
Distruibución perfecta
La investigación estableció que el sujeto operaba su negocio transnacional con ciertas particularidades criminales. Una de ellas, producir la cocaína para luego cruzarla en camión a Perú y desde allí a suelo nacional por vía terrestre, evidenciando una aceitada cadena logística. Gracias a esto último, logró internar —desde el Norte Grande— los 110 kilos aludidos en la solicitud de extradición. Todo sin despertar sospechas en las autoridades.
Hurtado Céspedes trabajaba solo con bolivianos en toda la cadena y quien vigilaba la bodega donde acopió la droga en Santiago era una mujer.
Otro punto clave dejó entrever su nivel de organización: los teléfonos celulares estaban prohibidos en las entregas para evitar que sus narcoempleados fueran rastreados, ubicados y fijados en un punto geográfico por la policía. De esta manera, mantenía la compartimentación de sus actividades.
Error de cálculo
Según la indagatoria, en las negociaciones con los compradores no vendió los 110 kilos que mantenía a resguardo, sino solo 30 para verificar que el negocio iba en regla. El resto pretendía entregarlo en un segundo encuentro, que se verificó el 13 de febrero de 2023, en un restaurante ubicado en la comuna de Independencia.
Todo el plan iba perfecto, con los resguardos habituales, pero su esquema falló.
Hurtado Céspedes no previó que el OS7, la policía antidrogas de Carabineros, le seguía los pasos en el marco de una investigación que sustanciaba la Fiscalía Sur. De esta forma, ese día fue detenido y allanaron su escondite, donde encontraron la cocaína.
En la petición del país norteamericano, las autoridades afirmaron que la venta de la droga transada en dicho encuentro tenía como destino Nueva York.
La ley estadounidense, dice el documento, “reconoce que las organizaciones criminales transnacionales no respetan fronteras (...) y las actividades que ocurran fuera de la jurisdicción territorial de los Estados Unidos, pueden afectar profundamente (...) a sus ciudadanos”.
Asimetría legal
El procedimiento para la eventual extradición de Hurtado Césped debe seguir su curso: primero, el presidente de la Corte Suprema designará a uno de sus pares como ministro instructor, quien verificará —en primera instancia— la asimetría del delito imputado en Estados Unidos con la legislación chilena. En simple, implica analizar si los delitos son equivalentes o no en ambos países.
En esa revisión, a nuestro país lo representará en estrado el Ministerio Público.
Luego de lo anterior, se resolverá si Hurtado Céspedes puede ser extraditado.
Ya sea en uno u otro sentido, el fallo de primera instancia será visto por la Segunda Sala (Penal) del máximo tribunal, donde puede ser confirmado o revocado.
Con todo, el contacto de la Embajada de Estados Unidos en Chile asignado para este caso es el “oficial político” Kevin Mills.
Capital criminal
Actualmente, Bolivia es el tercer productor mundial de cocaína, precedido por Colombia y Perú.
De acuerdo con los últimos informes de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Bolivia produce más de 300 toneladas de drogas por año, lo que significa cerca de un 15% de la cocaína vendida a nivel mundial.
Aún cuando la actualidad noticiosa boliviana no genera repercusiones en Chile, durante el último año el crimen organizado brasilero ha ido ganando terreno en el país vecino.
De hecho, el líder del Primer Comando de la Capital (PCC), una de las dos mayores mafias de ese país, Sergio Luiz de Freitas, vive hace más de una década en Santa Cruz de la Sierra, de acuerdo con un reportaje reciente de la red O Globo.
Los homicidios, el sicariato y la corrupción han ido en aumento según el Departamento de Estado norteamericano.
Adicionalmente, en Santa Cruz también se libra una encarnizada guerra entre las mafias de los Balcanes, luego que las autoridades encontraran los cadáveres de ciudadanos serbios y macedonios.
En definitiva, en poco más de mil kilómetros cuadrados que limitan con Brasil, Paraguay, Argentina, Perú y Chile, se está gestando una nueva capital para el crimen organizado transnacional.