Un grupo de ladrones robó cerca de dos millones de pastillas ansiolíticas desde la bodega del laboratorio Milab, propiedad de la multinacional mexicana Femsa.
Los hechos ocurrieron el pasado 18 de septiembre, en la comuna de Independencia, pero no fue hasta el día siguiente que la sustracción quedó al descubierto, pese a la presencia de guardias en el recinto.
La situación derivó en la presentación de una querella criminal por los delitos de tráfico de drogas y robo en lugar no habitado ante el Tercer Juzgado de Garantía de Santiago, mientras que el caso quedó en manos de la Fiscalía Centro Norte.
En el libelo se expone que los delincuentes ingresaron con la ayuda de una guardia en seis ocasiones a la bodega —entre las 12:30 y 18:30—, donde se encontraban los medicamentos “controlados”, entre ellos clonazepam y alprazolam, de la familia de las benzodiacepinas.
Sumado a lo anterior, robaron casi 100 mil envases vacíos de ansiolíticos y otros remedios.
La firma mexicana —cuya matriz también es dueña de Farmacias Cruz Verde, Maicao, además de OXXO y Ok Market— informó también de la situación al Instituto de Salud Pública (ISP), en su calidad de autoridad reguladora.
El botin fue valorado $22,1 millones y hasta ahora no existen pistas sobre el destino de las pastillas, por lo que existe la sospecha de que los fármacos sean comercializados en ferias libres y farmacias de barrio.
La cadena de sucesos detrás del robo aloja detalles llamativos: una guardia que huyó de la comisaría; una caja fuerte, una camioneta, un camión, llantos, una supuesta llamada en las cercanías de un casino y una esposa que no debía enterarse de nada.

Cajas vacías
Según consta en la indagatoria, todo comenzó a las 15:00 horas del pasado 18 de septiembre cuando Bony Peñaloza, supervisor de seguridad de la firma, tomó su teléfono mientras conducía hacia Concón.
Acto seguido, marcó varias veces para tomar contacto con la guardia Penelope Suárez, quien realizaba el turno en la bodega farmacéutica, mas no tuvo éxito porque la mujer cortaba constantemente las llamadas.
Insistió entonces vía mensajes de texto y de vuelta recibió como respuesta que no podía responder porque “estaba en un problema”.
Para verificar la situación, Peñaloza llamó a otros miembros del equipo de seguridad para que se apersonaran en las dependencias de Milab.
Así ocurrió a las 15:40 horas. En esa oportunidad se reunieron con Penélope Suárez, quien les manifestó que su turno se encontraba sin novedades.
"Le fallé"
Sin embargo, todo cambió el 19 de septiembre, pasadas las 8:30 horas. A esa hora, el celular de Peñaloza se activó y al otro lado escuchó —con palabras entrecortadas— el llanto de Suárez.
—Le fallé. No me quiero ir presa; entraron a robar y yo no hice nada —le dijo entre lágrimas.
La situación era grave, porque las bodegas de Milab guardan miles de remedios de todo tipo que se distribuyen a distintas farmacias, como también a la Central de Abastecimiento del Estado (Cenabast).
Hasta ese momento, todo apuntaba a un robo común, por lo que Peñaloza contactó de inmediato al gerente de operaciones Cristian Cancino, a quien relató lo sucedido.
Lo que en ese momento no sospechaban es que los ladrones apuntaron a un objetivo específico: los remedios controlados; en este caso los ansiolíticos clonazepam y alprazolam, ambos pertenecientes al grupo de las benzodiacepinas.
La cifra fue lo que más llamó la atención: 1.9 millones de pastillas habían sido sustraídas. También más de 98 mil cajas vacías de ansiolíticos y otros remedios.
Bloqueo mental
Cuando la empresa de seguridad que prestaba servicios a Milab comenzó a recopilar información el 19 de septiembre, la primera declaración fue de Penélope Suárez.
Según la mujer, a eso de las 10:30 horas del 18 de septiembre, supuestamente recibió un llamado de Enrique Ortiz, gerente general del laboratorio. De acuerdo con su versión, este último había sufrido un accidente carretero cerca del casino Monticello y su esposa no debía enterarse.
Por esta razón, enviaría a un tercero a retirar remedios que su cónyuge requería, sin darle mayores detalles.
Sin embargo, a las 12:30 horas no llegó una sola persona, sino que un grupo de sujetos a bordo de una camioneta. Suarez les abrió el portón y se dirigieron al área de la bodega donde estaban almacenados los medicamentos psicotrópicos, que —de acuedo con la normativa— se distinguen por su estrella verde en el envase.
—Me bloqueé, no hice nada; lo siento —le indicó Suárez al personal de la empresa de seguridad ProCD.
Guardia en fuga
A medida que aumentaban los detalles del robo, una cosa quedó clara: los ladrones ingresaron tranquilamente en seis oportunidades y, aparte de los fármacos y las cajas vacías, también sustrajeron la caja de seguridad del gerente general.
Acto seguido, personal de la empresa concurrió hasta la unidad de Carabineros más cercana, pero Penélope Suárez se negó a colaborar e incluso huyó del lugar.
La situación derivó en la presentación de una querella ante el Tercer Juzgado de Garantía de Santiago, por lo que el caso quedó en manos de la Fiscalía Centro Norte.
De acuerdo con la acción legal a la que accedió Informe Especial, en el recinto —el mismo 18 de septiembre— no solo cumplía turno Suárez sino además los guardias Orlando Balbontín y Luis Sepúlveda. Incluso estos últimos “registraron fotográficamente los hechos, ya que la situación les parecía sospechosa”.
Sin embargo, ninguno de los tres informó los hechos, aún cuando el mismo día los supervisores de PROCD concurrieron a verificar por qué la guardia no contestaba el teléfono.
Robo y tráfico de drogas
Si bien las benzodiacepinas (clonazepam, entre otras) no califican como precursores para la fabricación de otras drogas, se han encontrado mezclas de estas con otros estupefacientes.
Uno de ellos es el isotonitazeno, un opioide de diseño que es dos veces más potente que el fentanilo, cuya combinación ha sido detectada en Estados Unidos y Europa. Básicamente se consume por vía oral, intranasal o también intravenosa.
El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos también ha dado cuenta de esta situación. De hecho, solo en el país norteamericano se registraron casi 11 mil muertes relacionadas con las benzodiacepinas, que en ocasiones se mezcla con el fentanilo.
Inquirida por Informe Especial, Milab aseguró que, apenas se enteraron de de la situación realizaron la denuncia ante la Brigada de Robos de la PDI, como también se informó al Instituto de Salud Pública como la autoridad fiscalizadora.
En esa línea, el laboratorio manifestó que colaborará con la investigación a cargo del Ministerio Público y que reforzará las medidas de seguridad en sus bodegas para evitar hechos similares.
Por último, IE contactó a la empresa de seguridad privada, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.