El jueves pasado, Venezuela elevó, ante la Organización Marítima Internacional (OMI), una denuncia formal por la incautación por parte de Estados Unidos de un buque petrolero frente a las costas venezolanas, acusando a Washington de "perjudicar el comercio marítimo petrolero" del país.
La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, aseguró que sostuvo un "contacto telefónico con el secretario ejecutivo de la Organización Marítima Internacional (OMI), Arsenio Domínguez, para denunciar la violación de la libertad de navegación en el Caribe por parte de Estados Unidos".
La cartera ha argumentado que hay convenios internacionales que protegen la libertad de navegación "ante hechos ilícitos que la amenazan", en alusión directa a la incautación del citado buque, que Rodríguez ha calificado como "un acto ilícito internacional". Por ello, ha defendido que Venezuela hace lo que debe al "apelar al Derecho (y) a la legalidad internacional y defender sus recursos naturales".
El anuncio de la Vicepresidencia se ha producido en paralelo a las declaraciones de Nicolás Maduro, quien en un acto gel gobierno en Caracas, ha calificado la actuación de las fuerzas estadounidenses, como "piratería criminal".
"Hicieron un acto absolutamente criminal e ilegal cuando procedieron a un asalto militar, secuestro y robo, como piratas del Caribe, a una nave mercantil, comercial, civil, privada, una nave de paz".
Además, Maduro aseguró que durante la intercepción del buque petrolero las fuerzas norteamericanas "secuestraron a tripulantes, robaron el barco y han inaugurado una nueva era, la era de la piratería naval criminal en el Caribe".
