Lagos, 10 mar (EFE).- Individuos armados secuestraron el pasado sábado al menos a quince estudiantes de una escuela del noroeste de Nigeria, confirmó hoy la Policía, pese a las promesas del Gobierno de acabar con estos ataques y después de que otro grupo armado secuestrase a 280 alumnos en una incursión similar el pasado jueves.
"Los bandidos invadieron la comunidad en medio de la noche y secuestraron a quince estudiantes de la escuela de Islamiya. También secuestraron a una mujer, residente de esta comunidad", indicó el portavoz de la Policía del estado de Sokoto (donde ocurrió el incidente), Ahmed Rufai, en declaraciones recogidas por el periódico nigeriano The Punch.
El secuestro se produjo en la localidad de Almajiri, que pertenece a la zona del gobierno local de Gada.
Rufai aseguró que las fuerzas de seguridad están trabajando para rescatar a los alumnos.
También confirmó el ataque el dueño de la escuela, Mallam Liman Abubakar, que señaló que los "bandidos" llegaron a la localidad a alrededor de la 1.00 hora local (0.00 GMT), disparando e hiriendo al menos a una persona.
"Mientras salían de la ciudad, vieron a nuestros estudiantes corriendo para entrar en sus habitaciones, y secuestraron a muchos de ellos. Por el momento hemos contado quince desaparecidos, pero todavía estamos buscando más", añadió.
Abubakar lamentó que este no es el primer ataque que se vive en la localidad de Almajiri, si bien nunca se registraron secuestros de estudiantes.
Algunos estados de Nigeria, sobre todo del centro y noroeste, sufren ataques incesantes por parte de “bandidos”, término que se usa en el país para nombrar a las bandas que cometen asaltos y secuestros masivos para pedir rescates lucrativos.
Los ataques se repiten pese a las repetidas promesas de terminar con la violencia por parte del Gobierno nigeriano, que ha reforzado el despliegue de las fuerzas de seguridad.
El pasado jueves, más de 280 alumnos fueron secuestrados en un ataque contra un colegio en el estado de Kaduna (centro-norte), según confirmaron a EFE un líder de la sociedad civil y una fuente de la Policía. EFE