No importa cuántos años pasen, la serie "Malcom el de en medio" se ha transformado en un clásico de la pantalla. Una serie que marcó a una generación completa y que hasta el día de hoy es recordada con gran cariño por los fanáticos.
La exitosa producción audiovisual fue estrenada en el 2000, logrando conquistar a los jóvenes a través de la historia de una familia difuncional, donde el protagonista de esta complicada relación, es el hijomediano, Malcolm, quien además resulta ser un genio.
Pero eso no es todo, porque el desarrollo de esta narrativa, logra atrapar a la audiencia con otros personajes. Seis miembros que quedaron grabados en la mente y corazón del público, tal como ocurrió con el pequeño Dewey.
Un papel que fue interpretado por Erik Per Sullivan, quien en esos años a penas comenzaba su carrera como actor. Tanto fue el éxito, que más tarde participó en otros proyecto como Una Navidad de locos (2004) y Twelve en (2010), sin embargo, con el paso del tiempo los roles de Per fueron disminuyendo en la pantalla grande y chica, hasta desaparecer.
¿Qué pasó con el artista?
Desde su última parición, se sabe poco y nada de su vida. El exactor dejó de lado todo lo relacionado a la vida ública, incluyendo las redes sociales.
La esperanza de saber de él murieron luego de que en la reunión de "Malcom in the middle", realizada en 2012, fuera el único actor en no asistir. Misma instancia en la que Justin Berfield (Reese) lo recordó con un foto de "Dewey", eso tras informarse que no asistiría por motivos "laborales".
Desde ese entonces, las especulaciones eran todo lo que la gente sabía. Hasta que Frankie Muniz, el protagonista de la serie juvenil, fuera consultado en una entrevista por la situación actual de su hermano de ficción. Pero la respuesta no fue la esperada: “Para ser honesto, no sé qué en qué ha estado” explicó el artista.
“Cuando estaba en la banda, fuimos y tocamos en la ciudad donde vive y sus padres vinieron al espectáculo, pero desafortunadamente él no pudo asistir” expresó. Además mencionó que respeta que algunos niños puedan “experimentar otras cosas y vivir una vida más normal fuera del centro de la atención”.