El Fiscal Regional de la Araucanía, Roberto Garrido, presentó esta mañana su acusación de 110 páginas contra los hermanos Antihuen Santi, imputados por el brutal crimen de tres carabineros que fueron emboscados en Cañete a fines de abril de 2024.
De acuerdo con dicho documento, entregado al juez de garantía de Cañete, el persecutor solicitó presidio perpetuo calificado para Felipe, Jefferson y Tomás, así como también para Nicolás Rivas Paillao, amigo de este último, que también está acusado de participar en el ataque a los uniformados.
En simple, la Fiscalía aspira a obtener al menos 40 años de cárcel efectiva para cada uno de ellos.
En la presentación del Ministerio Público, a la que accedió Informe Especial, piden que se declare culpables a los acusados por una serie de delitos, incluyendo robo con violencia, homicidio calificado de carabineros, incendio y porte ilegal de armas de fuego.
Todo ello sustentado en una investigación que incluye 128 pruebas testimoniales, el peritaje de 79 expertos que participaron en la indagatoria, 1.275 documentos asociados y otros medios de prueba.
Casi un siglo de cárcel
En detalle, la Fiscalía solicitó condenas individuales para cada uno de los delitos imputados, adicionales al presidio perpetuo calificado requerido por el triple homicidio.
Para Felipe Antihuen, el hermano mayor, solicitaron al tribunal que le sumen otros 24 años: 15 por robo con violencia, 5 por incendio, 4 por porte ilegal de armas de fuego y 300 días de cárcel por el traslado de restos humanos con infracción a las disposiciones sanitarias.
En tanto, para Tomás -el último en ser capturado el pasado 21 de marzo- se pidió sumarle otros 29 años. El desglose de delitos y penas es idéntico al de su hermano, pero en su caso le requirieron 5 años más por tenencia ilegal de arma prohibida.
Aquello se debe a que, una vez fue detenido por el GOPE de Carabineros, se encontró en su poder una subametralladora UZI que pertenecía precisamente a uno de los tres uniformados asesinados en la zona el 27 de abril de 2024.
Yeferson, el menor de los tres, arriesga por su parte 53 años adicionales al presidio perpetuo. Además del robo con violencia, incendio, porte ilegal y traslado de restos, en su caso le agregaron también robo con intimidación (15 años), porte y tenencia ilegal de armas de fuego (4 años), homicidio calificado frustrado (5 años) y receptación de vehículos (4 años).
En simple, este último es el que más penas arriesga, pudiendo superar los 93 años de cárcel.
Por último, adicional al presidio perpetuo calificado, a Nicolás Rivas le añadieron solamente 15 años por robo con violencia.
Con todo, respecto de cada uno de los acusados solicitaron además las penas accesorias legales correspondientes, comiso de los instrumentos y efectos del delito, y que las costas de la causa sean de cargo de los condenados.
El triple crimen
De acuerdo a la investigación, los protagonistas del crimen planificaron todo en torno a la medida cautelar de arresto domiciliario que cumplía su tío Carlos Antihuen.
Para abordar a los uniformados siguieron la rutina de los policías y esperaron hasta cuando llegaron al domicilio de él a verificar el cumplimiento de la medida.
Ese noche del 26 de abril de 2024, en la víspera del Día del Carabinero, el tío salió a cumplir con la rutina. Pero rápidamente se percató que el portón estaba cerrado, pese a que acostumbraba a dejarlo abierto para permitir el ingreso de los uniformados.
Rápidamente sobrevino un tiroteo que terminó con la vida del sargento primero Carlos Cisterna Navarro y de los cabos primero Sergio Arévalo Lobo y Misael Vidal Cid.
En su huida, los hermanos Antihuen y Nicolás Rivas depositaron los cuerpos de los policías en el pickup de la patrulla. Antes de desaparecer, le prendieron fuego al vehículo con los cuerpos adentro, con cuya escena se encontraron rato más tarde los uniformados que acudieron en auxilio de sus compañeros.
Tras meses de indagatoria, los primeros en ser capturados fueron Yeferson y Felipe, además de Nicolás, a fines de julio del año pasado.
En tanto, Tomás Antihuen, sindicado como el principal imputado en la causa, recién fue detenido el pasado 21 de marzo tras un extenso operativo de seguimiento. El joven fue detectado en la casa de José Melgarejo Calbullanca, familiar de los hermanos Antihuen Santi y conocido activista de orgánicas radicales en la Provincia de Arauco, a sólo unos kilómetros del lugar de la fatídica emboscada.
Según se aprecia en un registro del GOPE, que hasta hoy no se había conocido públicamente, en principio intentó escapar por la puerta trasera; sin embargo, los funcionarios tenían rodeada la vivienda y lograron reducirlo rápidamente.