Poco después de que se estrellara este jueves un avión de Malaysia Airlines en Ucrania, autoridades de este país europeo aseguraron que no se trató de un accidente aéreo, sino que el aparato fue derribado con un misil Buk lanzado por separatistas prorrusos.
Este sistema de misiles comenzó a desarrollarse en 1972 por la Unión Soviética, siguiendo su producción posteriormente, con la instauración de la Federación Rusa tras la caída del bloque comunista. En la actualidad forma parte de los arsenales de diversos ejércitos, como el ruso, el ucraniano y el venezolano.
La primera versión de este tipo de misil antiaéreo recibió la denominación GRAU 9K37 y su misión era hacer frente a misiles crucero, bombas inteligentes, aeronaves de ala fija o rotatoria (helicópteros) y drones o vehículois aéreos no tripulados, indican diversas páginas de venta de armamento militar.
Su principal avance en esa época fue la incorporación de un radar propio, lo que permitía identificar diversos frentes de ataque y cambiar de posición en pocos minutos sin tener que depender de un único radas para diversos sistemas de defensa.
Desde el inicio de sus labores, el sistema Buk ha sido mejorado continuamente y sus fichas actuales indican que combate objetivos aerodinámicos (aire-tierra) con velocidades de hasta 830 metros por segundo y su rango son altitudes medias y bajas, hasta 23 kilómetros de altitud.
La última posición conocida del vuelo MH17 de Malaysia Airlines era de 10 mil metros de altura, por lo que estaría dentro de la distancia que puede alcanzar el misil.
Ya en 2008 este tipo de misiles estuvieron en la polémica al ser utilizados en el conflicto de Osetia del Sur, que enfrentó a Georgia con Rusia.
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