En prisión preventiva quedó uno de los detenidos por el secuestro del cabo primero de la Armada Luis Toledo, quien estuvo cautivo por cinco días en Guayaquil.
La propia policía ecuatoriana confirmó que el ciudadano chileno fue víctima de torturas, sufriendo la amputación de dos dedos de su mano izquierda, permaneciendo en un estado "delicado", según la canciller Antonia Urrejola, y estando internado en un centro de salud.
Una vez en poder de sus secuestradores, estos utilizaron su teléfono para enviar mensajes extorsivos a su familia, incluyendo imágenes y videos explícitos de su estado para exigirles una suma cercana a los $90 millones.
Las autoridades ecuatorianas lograron dar con el paradero del funcionario de las Fuerzas Armadas chilenas en una ciudad cercana a Guayaquil llamada Daule, y concretar la detención de un hombre de 30 años identificado como Jonathan O.N., y una mujer que sería su pareja.
Ambos sujetos fueron puestos a disposición de la justicia, quedando el primer acusado con la medida cautelar de prisión preventiva, mientras que la mujer quedó con medidas sustitutivas por su presunta participación en los delitos investigados.
En tanto, desde las autoridades ecuatorianas indicaron que ellos no realizaron pago alguno a los antisociales, pero sí señalaron que de parte de la familia de Toledo se habría realizado un depósito cercano a unos 2 mil dólares (más de $9 millones).
Una de las teorías que se manejan en este caso es que, junto a su esposa, el marino chileno compró una casa en el país sudamericano, lo que habría hecho pensar a los antisociales que mantenía una buena situación económica para poder obtener dinero por su secuestro.