Al menos 40 años en la cárcel pasará Fabián Alejandro Romero tras ser declarado culpable de asesinar a su esposa, la chilena Margarita Bascuñán Sánchez, en Córdoba, Argentina, en 2022.
El sujeto, de nacionalida argentina y profesor de profesión, fue sentenciado por el delito de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por violencia de género, pues los antecedentes establecen que golpeó a a la mujer hasta la muerte.
Dicha sentencia fue escuchada con gran expectación por la familia de Bascuñán, quienes celebraron al momento de conocer que el asesino fue condenado a cadena perpetua por el crimen cometido el 22 de abril de 2022.
"No estoy conforme, porque a mi hija nadie me la va a recuperar, pero por lo menos voy a morir tranquilo", expresó Jorge Bascuñán, padre de la víctima.
En conversación con medios argentinos, el hombre señaló estar "agradecido con la justicia argentina, porque si hubiese sido en nuestro país (Chile), este tipo estaría con libertad condicional...Aquí se cumple la condena".
Con notoria conmoción tras escuchar la sentencia, Jorge afirmó que al menos como familia "vamos a estar más tranquilos al ver que un criminal está pagando".
De acuerdo con los antecedentes del caso, el individuo golpeó brutalmente a la víctima, quien sufrió muerte cerebral producto de la gravedad de sus lesiones, debiendo ser desconectada al día siguiente.
Romero aseguró que la mujer tuvo un accidente e incluso insistió hasta el final en su inocencia. Sin embargo, el tipo de lesiones que presentaba Bascuñán no coincidían con la versión del marido y el fiscal Cristian Griffi determinó que había sido asesinada.
"Me atribuyen algo que no hice (...) Yo también quiero saber qué le pasó a Margarita. No soy una persona violenta, nunca le hice nada", afirmó el hombre mientras se desarrolló el juicio en su contra.
Por su parte, Rodrigo Bascuñán, hermano de la fallecida, mencionó que "la rabia contenida durante estos dos años fue terrible. Siempre tuvimos claro que era el asesino".
De igual forma, Cristián, hijo de la víctima, comentó que como familia "estamos contentos y con sentimientos encontrados. Se hizo justicia, lo logramos y agradecidos de la justicia, la fiscal y todas las instituciones gubernamentales".
Margarita y Fabrián se habían radicado en Argentina después de conocerse en un viaje a Machu Pichu, Perú.