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La candidata nacional se coronó como Miss Simpatía

Paz Fernandez

Sábado 1 de septiembre de 1973

Grecia, cuna de la civilización moderna, allá donde los filósofos sembraron las bases de nuestro actual mundo, en un lugar tan alejado de nuestro angosto país, han quedado fascinados ante el atractivo y el encanto de la mujer chilena.

La majestuosa Jeanette Gwendalyn Robertson brilló con luz propia en la Acrópolis ateniense. Ni los restos del coliseo de Herodes, que han visto pasar más de 2.000 años de historia ante sus ojos, hicieron sombra a la adorable y cautivadora chilena.

Belleza, gracia, simpatía, una mirada seductora y una personalidad arrebatadora. Argumentos más que suficientes para lograr embelesar al jurado de la 22 edición de Miss Universo, que debía elegir a la más hermosa entre las hermosas.  

La filipina Margarita Morán fue declarada como la reina de la belleza en este 1973. Pero era de justicia que los presentes reconocieran el atractivo de la seductora Jeanette.

Efectivamente, sólo su simpatía es comparable a su fascinante hermosura. La gracia de sus gestos, el brillo de sus ojos, casi divinos, la dulzura de sus palabras y la elegancia de sus movimientos, le han servido para elevar el nombre de Chile hasta el Olimpo de la belleza.

Jeanette Gwendalyn Robertson lucirá orgullosa la bandera chilena por todo el mundo, como Miss Simpatía 1973.