Durante esta jornada se dio a conocer que la empresa constructora Claro, Vicuña, Valenzuela (CVV) solicitó su quiebra.
"Esta es la más dolora y significativa decisión adoptada por la empresa, por su amplia y reconocida trayectoria, así como también por el gran impacto que esto provoca en sus colaboradores, proveedores, subcontratos, clientes y comunidad", sostuvo la empresa en un comunicado.
De acuerdo a lo informado por el Diario Financiero, un total de 2.500 personas serían despedidas y la empresa desmovilizará más de 30 obras.
Al respecto, el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Antonio Errázuriz, aseguró que "lamentamos profundamente la complicada situación por la que pasa una empresa de larga data en la industria de la construcción", según consignó Emol.
Asimismo, comentó que este escenario "es consecuencia del alza de precios de los materiales que han afectado a proyectos sin opción de reajustar los precios, como también a las permanentes dificultades en la relación mandante-contratista especialmente con las empresas del Estado, con dificultades en obtención de recepciones y, en definitiva, pagos oportunos por los servicios realizados".
"Es urgente trabajar en conjunto para desatar esos nudos arraigados en la burocracia estatal y así evitar que otras empresas puedan enfrentar escenarios tan difíciles como el tener que llegar a la quiebra, desmovilizando proyectos y dejando a personas sin su fuente laboral", enfatizó.