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Ojo con los “gastos hormiga”: ¿cómo vencer la falsa sensación de riqueza al recibir el sueldo?

“Muchas veces las personas tienen expectativas demasiado optimistas sobre su futuro financiero. Pero la realidad es que existen factores externos que pueden cambiar el escenario de un día para otro", consigna una analista.

24horas.cl

¿cómo vencer la falsa sensación de riqueza al recibir el sueldo?

Viernes 18 de julio de 2025

Recibir el sueldo –especialmente el primero– puede generar una sensación de abundancia que impulsa decisiones financieras poco responsables. Según Patricia Esparza, académica de la Escuela de Ingeniería Comercial de Universidad de Las Américas, este espejismo de riqueza inmediata es uno de los principales obstáculos para instalar el hábito del ahorro, especialmente en jóvenes que inician su vida laboral.

En muchos casos, estos comportamientos pueden transformarse en la puerta de entrada al consumo desmedido. La planificación es la mejor manera de romper el círculo de estos hábitos nocivos, cuyas consecuencias pueden prolongarse por años, afectando el bienestar, la calidad de vida o incluso la salud mental, advierte la profesional de UDLA. Y es que el ahorro es el pilar sobre el que se construye la organización.

“Hay como una falsa sensación de riqueza cuando uno recibe el sueldo y además proyecta que siempre lo va a estar recibiendo. Lo primero es aterrizar esa idea de que estoy siendo rico por dos o tres días y determinar cuál es el monto que a mí me conviene ahorrar de acuerdo a lo que yo estoy ganando”, señala la académica.

Aunque la fracción destinada al ahorro sea pequeña (entre un cinco o un diez por ciento) lo importante es la constancia. De esta manera, enfatiza Esparza, estaremos en una mejor posición para romper el impulso emocional de consumo inmediato y consolidaremos una mentalidad de previsión ante posibles imprevistos o caídas de ingresos. Más importante aún, reduciremos la dependencia del crédito y fortaleceremos nuestra salud financiera personal y familiar.

“Muchas veces las personas tienen expectativas demasiado optimistas sobre su futuro financiero. Pero la realidad es que existen factores externos, como la economía global o una crisis de salud, que pueden cambiar el escenario de un día para otro. Por eso, tener algo es mejor que tener nada, como decía un teórico: un dólar en tu bolsillo, vale más que uno fuera de él”.

Distinguir gastos fijos y variables

Uno de los cimientos de la salud financiera, según la experta, es aprender a distinguir entre los ingresos fijos y los gastos variables dentro del presupuesto familiar. Mientras el ingreso suele ser estable y predecible, los gastos se adaptan al estilo de vida y las decisiones cotidianas. Por eso, la académica de la UDLA insiste en que el foco debe estar en racionalizar el gasto: priorizar lo esencial —como alimentación, vivienda, agua y luz— y revisar críticamente todo lo demás.

Esa revisión permite identificar oportunidades de ahorro en rubros que a menudo pasan desapercibidos. Es el caso de los llamados “gastos hormiga”: pequeñas compras diarias que, aunque parecen insignificantes, suman una cantidad considerable al mes. Llevar un registro detallado de los egresos, incluso con herramientas tan simples como una libreta o una planilla digital, ayuda a tomar conciencia de esos patrones y promueve un consumo responsable.

El crédito no es un ingreso extra

Para Patricia Esparza, la educación financiera debe comenzar a temprana edad. Enseñar a los niños a identificar cuáles gastos son prioritarios y cuáles pueden ser postergados o eliminados, les entrega herramientas concretas para tomar decisiones responsables durante la vida. Incorporar este tipo de formación en casa no solo ayuda a evitar errores comunes en la administración del dinero: también contribuye al bienestar psicológico y la estabilidad familiar.

Ese aprendizaje es especialmente urgente en un contexto donde el acceso al crédito se ha masificado, incluso entre jóvenes sin ingresos estables. La académica de Universidad de Las Américas alerta sobre el uso indiscriminado de tarjetas de crédito por parte de estudiantes que, en muchos casos, las reciben sin comprender que representan compromisos financieros reales. Es fundamental exponer que estos instrumentos no son una extensión del sueldo, sino herramientas que deben usarse con cautela y conciencia de sus costos y consecuencias.

“Las tarjetas de crédito se ven como ingresos extra, cuando en realidad son deuda futura. Muchos jóvenes las reciben, las usan sin saber bien cómo funcionan y se endeudan sin control. Hay que enseñarles que estos instrumentos deben usarse con responsabilidad y que hay instituciones que ganan cada vez que ellos los utilizan”, concluye.

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