Un 33% de los chilenos -tres de cada diez- se siente poco o nada valorado como persona en su lugar de trabajo, según el estudio de opinión “Termómetro del clima laboral en las organizaciones en Chile”, realizado por la Universidad de los Andes, donde se encuestó a 1.350 hombres y mujeres de 18 o más años, bajo el filtro de ser trabajadores remunerados o con actividades regulares, desde Arica hasta Punta Arenas y de los cinco
Grupos Socioeconómicos (GSE) de nuestro país.
Un 35% de las mujeres y un 30% de los hombres se sienten poco o nada valorados como personas en su lugar de desarrollo laboral; entre los 34 y los 54 años se reporta el mayor nivel de insatisfacción en este ámbito, con un 37%, y un 38% de los encuestados de la Zona Sur se sienten de esta forma. En cuanto al GSE, el grupo D marca un 40% en este mismo ámbito.
El estudio también preguntó a los trabajadores si piensan que contribuyen, con su trabajo, a fines trascendentes para la sociedad. Un 31% respondió que poco o nada y un 33% de las mujeres y un 28% de los hombres contestaron de la misma forma.
En cuanto a tramos etarios, un 35% de quienes tienen entre 34 y 54 años, opinan que su trabajo contribuye poco o nada y en cuanto al GSE, el grupo E cuenta con un 38% en esta misma opción.
Otra de las preguntas realizadas fue si los chilenos aprenden en el desempeño que realizan en sus organizaciones. Un 38% aprende poco o nada, tendencia que se acentúa en las mujeres, donde un 43% reporta una mayor proporción de “poco aprendizaje”, versus un 29% de los hombres. Por otra parte, un 39% de quienes tienen 55 años o más manifiestan aprender poco o nada, comparado con un 31% de las personas más jóvenes.
En cuanto al GSE, el 24% del ABC1; y el 40% de los grupos D y E optan por esta misma opción.
“Este estudio refleja que una proporción significativa de trabajadores en Chile siente que no es valorado como persona en el lugar donde se desempeña. Las organizaciones en Chile se deben enfocar en estos temas para mejorar las condiciones de las personas y así mejorar en su productividad, poniendo especial atención en las mujeres, los estratos socioeconómicos D y E y en los trabajadores entre los 34 y 54 años”, explica Juan Nagel,
académico de la Universidad de los Andes.
“Esto se puede hacer con mayor capacitación, mejorando la autonomía de las personas, acercar la toma de decisiones a los diferentes estamentos, y el entrenamiento de los líderes organizacionales en técnicas de trabajo colaborativo y en la valoración de la persona por su dignidad inherente como seres
humanos”, aseveró.
En el “Termómetro del clima laboral en las organizaciones en Chile” también se indagó en los trabajadores remunerados o con actividades regulares, si habitualmente toman decisiones relevantes en sus organizaciones.
Un 52% respondió que sí y un 48% toma pocas o ninguna decisión en su trabajo. Un 52% de las mujeres y un 40% de los hombres entregaron la misma respuesta, al igual que un 52% de quienes tienen entre 35 a 54 años. En los GSE D y E la proporción de personas que reportan que toman pocas a ninguna decisión relevante en su lugar de desempeño es de 55% y 51% respectivamente.
“Los trabajadores que toman decisiones tienen mayor autonomía; cuando aprenden y se desarrollan obtienen una maestría y si sienten que su trabajo contribuye con la sociedad, cuentan con un propósito y si son valorados como personas, tienden a ser más motivados y productivos. Esto es vital para que el ser humano se desarrolle interna y externamente y pueda alcanzar un mayor grado de felicidad en sus trabajos”, detalla el docente UANDES.
“Chile tiene un problema serio de productividad. Poniendo de lado los componentes macro- y microeconómicos, hay mucho que avanzar en términos de darle sentido y propósito al trabajo en el país. El talento que hay en las organizaciones está esperando valoración y propósito para dar lo mejor de sí. El liderazgo empresarial debe avanzar en esa dirección", setenció.