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Geocientífica advierte por Falla de San Ramón: terremoto tendría "consecuencias significativas"

Alejandra Serey, investigadora de la UOH, dijo que 2 millones de personas se verían afectadas por un temblor en la zona: "Acumula energía hace 8 mil años".

24horas.cl

Viernes 25 de octubre de 2024

Alejandra Serey, geocientífica e investigadora del Instituto de las Ciencias de la Ingeniería de la Universidad de O'Higgins (UOH), advirtió las consecuencias latentes que tiene la región Metropolitana de Santiago por la Falla de San Ramón, indicando que un posible terremoto pod´ria afectar en torno a dos millones de personas.

La experta señaló que la Falla de San Ramón recorre más de 20 kilómetros de zonas habitadas entre el Mapocho y el Maipo, atravesando Vitacura, Las Condes, La Reina, Peñalolén, Puente Alto, Lo Barnechea y Pirque.

Ante ello, serían afectadas en torno a dos millones de personas, aproximadamente, según estudios ya planteados por el Programa de Reducción de Riesgos y Desastres de la Universidad de Chile (CITRID).

"Estamos en presencia de una falla geológica de tipo inversa y activa que viene acumulando energía desde hace unos 8 mil años, con un hipocentro muy cercano a la superficie de entre 10 a 12 kilómetros. Un terremoto provocado por esta falla sería de gran intensidad,  dejaría significativas consecuencias a corto, mediano y largo plazo en su zona epicentral, dada la cantidad de población distribuida en esta zona sísmica", aseveró Serey.

Asimismo, la experta afirmó que "se podrían desencadenar peligros geológicos en cascada, como una remoción en masa, o el embalsamiento de algún valle, un río, como el ‘Reñihuazo’ provocado por el terremoto de Valdivia 1960".

Serey, quien también es presidenta de la Asociación Chilena de Ingeniería Geológica, si bien sostuvo de estos peligros sísmicos son latentes, también invitó a considerar los efectos secundarios después de un terremoto, como la movilización de sedimentos, lluvias dadas en distintas épocas, entre otras repercusiones.

A ello también es necesario considerar las evacuaciones, atenciones sanitarias y reconstrucciones. 

"Como chilenas y chilenos estamos acostumbrados a reaccionar después de los acontecimientos, es decir, estamos en una cultura reactiva, cuando lo que se requiere es de una cultura preventiva con mejor efectividad de interacción. De modo que, mientras más preparadas y preparados estemos, mejor será la gestión del riesgo de desastre, y mayor será nuestra responsabilidad frente a situaciones de este tipo, entendiendo que los desastres no son estrictamente naturales, sino el producto de nuestra interacción con la naturaleza, y demás espacios, lo que nos hace ser vulnerables ante los peligros geológicos en nuestros territorios", sentenció.