María Soto, una madre de 64 años de Hualpén, se reencontró con sus hijas gemelas, quienes habían sido dadas en adopción de manera ilegal durante la dictadura de Augusto Pinochet.
De acuerdo con una conversación que tuvo con Canal 9 Bío Bío Televisión, todo comenzó cuando ella tenía 18 años y dio a luz a sus dos hijas, María Luisa y Valeska, en 1979.
Dado que nacieron bajo el peso ideal, ambas fueron ingresadas al programa "Gotita de Leche". Las cosas fueron bien durante algunos meses; sin embargo, cuando cumplieron ocho meses, la situación dio un vuelco. Un día, cuando María Soto fue a visitarlas, la asistente social le informó que habían sido dadas en adopción porque ella no era apta económicamente para cuidarlas, sin jamás haberla visitado en su domicilio.
La madre intentó revertir la adopción en el Juzgado de Menores de Talcahuano, pero ya era demasiado tarde: "Tus niñas no van a regresar contigo porque se fueron a Italia las dos juntas", le informó otra asistente social.
María se unió a "Hijos y Madres del Silencio" y luchó 46 años para intentar dar con el paradero de las niñas sin obtener ninguna respuesta, hasta que, finalmente, una persona la contactó desde Italia tras encontrar una coincidencia en una muestra de ADN que ella envió a Estados Unidos en 2021.
"Hola, mi hijo encontró una correspondencia con tu ADN en myheritage.com. Me gustaría entender si podríamos ser parientes. Fui adoptada por una familia italiana en 1979, junto con mi hermana gemela. Mi madre adoptiva me había dicho que mi nombre original era Valeska Toro. ¿Puedes conocerme?", le escribió su hija en Facebook, según detalló Radio Bío-Bío.
Por fin este año lograron reencontrarse a través de una videollamada, en la que María por fin le pudo decir a su hija todo lo que la ha buscado. "Toda la vida he pensado en las dos, nunca he dejado de pensar en ustedes", expresó la madre en la llamada.
No obstante, el abrazo entre ambas ha quedado pendiente, pues costear un viaje de Italia a Chile es muy caro para la familia de Valeska. "Voy a pedir que el Gobierno, el Estado, se haga cargo. Así como fue tan fácil arrebatarme a mis hijas de mis brazos, quiero que se hagan cargo de traer a mis niñas para poder abrazarlas, besarlas y acariciarlas".