La ministra del Interior, Carolina Tohá, analizó los distintos aspectos que forman parte del aumento de la sensación de inseguridad en la ciudadanía, recalcando que "los delitos no están aumentando".
En la presentación de los informes de seguridad de Espacio Público, la titular del Interior aseveró que el estudio "hace énfasis en que el debate público en seguridad se entiende que los diagnósticos ya están hechos y que ahora hay que ir a las soluciones. Aquí se pone eso en duda, se dice que quizá hay que ahondar un poquito más. Se puede caminar y masticar chicle a la vez, no es necesario parar todo para estar diagnosticando".
"Los delitos no están aumentando. La cantidad de niños, niñas y adolescentes involucrados en carreras delictuales no está creciendo. Es un problema complejo, pero no es uno que tenga unas dimensiones de estar desatada. Requiere una complejidad de las instituciones y las políticas que lo abordan", expresó la autoridad.
En esa misma l´ínea, ejemplificó que "si antes para controlar un problema en el espacio público bastaba con un punto fijo de Carabineros, ya no basta. Es más, un punto fijo de Carabineros es un problema, porque si hay una actividad ilegal y un carabinero está parado ahí y no hace nada es peor. Mejor que no esté, porque si está, está avalando lo que ahí sucede, está siendo parte del problema".
Factores de la inseguridad
Asimismo, Tohá dijo que la investigación ratifica que "la victimización no está necesariamente asociada con la sensación de seguridad. Hay momentos que parece estar estabilizada pero la sensación de inseguridad se desata. A eso se suma el dato preocupante del aumento de los homicidios".
"La verdad es que nosotros estamos con esta sensación de inseguridad disparada, y con los temas de seguridad en el tope de la agenda, desde los años 90 (...) Probablemente, parte de la inseguridad se debe a la disociación de la explicación de la autoridad, de quién debiera dar las respuestas y agrega muchas interrogantes a este problema, y como que uno no sabe qué ni a quién creer", añadió.
La ministra también dijo que "este problema con los homicidios puede ser la punta del iceberg", con la actual problemática en los temas de seguridad que genera aumento en la sensación de inseguridad, ya que existen crímenes escabrosos, donde además muchas veces las víctimas son civiles que no tenían relación con sus victimarios, tal como eran antes.
En cuanto a la participación de niños, niñas y adolescentes en delitos, la autoridad de Gobierno aclaró que esta no ha aumentado, pero que sí lo ha hecho en los ilícitos violentos, tales como "los robos con violencia y en los homicidios".
"Muchos de los delitos que vemos ahora son entre menores. O sea, menores que se asesinan unos con otros", lo cual es "un enorme factor de miedo", expuso Tohá.
La secretaria de Estado además señaló que "el perfil de la inseguridad no es el mismo en todo el país (...) Eso hace de alguna manera que también las regiones con un perfil particular de los problemas que le toca vivir, tienen una sensación de abandono, de lejanía de la toma de decisiones". "Este perfil regional de la seguridad no estaba presente" en la política nacional de seguridad pública.
Otro factor que explicaría el alza en la sensación de inseguridad según la ministra sería "la sensación de descontrol del espacio público, que tiene una asociación con la percepción que no hay límites. No hay autoridad ni reglas claras. Hay una sensación de que el más pillo la lleva y no tiene consecuencias".
Participación extranjera en delitos
La ministra Tohá también se refirió al fenómeno migratorio que se ha registrado en nuestro país en los últimos años, señalando que "cuando un extranjero está implicado en delitos es como el delincuente desconocido".
Según explicó, este concepto del antisocial 'desconocido' es "un tipo de delincuente sobre el cual se pueden construir todo tipo de imágenes muy terroríficas, porque no lo conocemos. Lo hemos visto en la tele y lo asociamos a cosas que vimos como relato de ficción, pero que de repente pareciera que este tipo de ficción está en nuestro barrio".
"Hay una parte que está asociada a datos que comenzamos a observar, junto con la llegada de la migración que trajo entremedio a personas que venían con agendas criminales, de estrategias criminales que eran poco habituales en Chile. Podemos dar como un hecho que se han traído a Chile prácticas criminales que no conocíamos, que son particularmente escabrosas y que causan mucho temor", añadió.
En esa misma línea, la jefa de gabinete aseguró que esto se sumó al "pantano discursivo de la política" donde se planteaba, por ejemplo, que "habían unos vuelos para traer delincuentes a Chile, que les pagaban por venirse. De ahí para adelante hemos escuchado".
"La asociación de esta realidad con una serie de incompetencias que tiene el Estado para hacerse cargo de ciertos problemas, como por ejemplo, la irregularidad, es un foco de una sensación de inseguridad, descontrol, impunidad e inutilidad de la autoridad", concluyó.