Decidir qué estudiar o qué hacer tras el colegio es un proceso que a muchos les provoca nerviosismo y ansiedad.
Las opciones son muchas: estudiar una carrera profesional, una técnica, dedicarse a trabajar antes de decidir o incluso hay quienes se toman un año sabático para descansar o para hacer un análisis más profundo de qué harán con los años venideros.
Madurez vocacional
Los expertos advierten que el decidir qué estudiar -o si hacerlo en primer lugar- no es algo que se resuelva en un par de semanas, sino que debería ser el resultado de un proceso de reflexión y autoconocimiento.
Verónica Lillo, académica del departamento de Aprendizaje y Desarrollo de la Universidad Católica, menciona lo importante que es conocerse y tener confianza para tomar una decisión.
La profesora de filosofía y experta en orientación enfatiza en que "cuando un estudiante egresa de IV Medio es automáticamente tratado por la sociedad como un joven adulto" y se le asigna una responsabilidad por su comportamiento distinta a lo que vivía anteriormente. Por eso, recomienda confiar en uno mismo y " comprender que lo que emprenderá es trazar su proyecto de vida, que no solo tiene que contemplar el mundo laboral o la carrera a la que se dedicará".
El subdirector del departamento de Psicología de la Universidad de Chile, Andrés Antivilo, coincide en lo importante que es conocerse y tener "madurez vocacional": que el estudiante se conozca, sepa lo que desea y tenga las habilidades de responsabilidad, liderazgo, trabajo en equipo y otras que se requieren para desenvolverse en la educación superior.
Verónica Lillo, Andrés Antivilo y Rodrigo López, director del magíster de Psicología en Educación de la Universidad Mayor, coinciden en que es importante quitar presión al proceso y entender que -en palabras de Lillo- "estas decisiones son reversibles".
"La PSU no es para nada el fin de algo", dice el profesor Antivilo, haciendo énfasis en que incluso dentro de la universidad hay distintas formas de moverse y cambiarse de carrera ya sea internamente o convalidando ramos en otros planteles. "Incluso si se equivocan, hay opciones", enfatiza.
Sobre la indecisión que conlleva el proceso, Rodrigo López recuerda: "Cuando decidimos no tenemos toda la información y probablemente siempre van a tener dudas, pero a pesar de eso las personas siempre cruzan el río".
Conocerse a sí mismo
Para Rodrigo López, para decidir una carrera es esencial que la persona conozca sus propias aptitudes. "Definir y entender para qué soy bueno, en dónde me destaco, dónde me siento cómodo, dónde fluyo", describe el especialista.
El psicólogo explica que es clave saber si se quiere hacer una carrera académica o si el objetivo de estudiar es trabajar pronto. En el primer caso la opción sería una carrera profesional, mientras que una carrera técnica es más corta y permite ingresar antes al mercado laboral.
Respecto a la duda de si dedicarse a alguna actividad como hobbie o abordarla profesionalmente, López comenta que muchas veces los jóvenes creen que las carreras calzarán total y completamente con su vocación, y eso no es así.
"Hay una imagen errada de los jóvenes de pensar que la vocación está relacionada con un hacer específico, y eso no existe", dice el especialista.
Se trata de una idea que Lillo y Antivilo también tratan de eliminar. "La vocación es un llamado multidimensional (...) al trabajo hay que pedirle una tajada de la torta y a veces el trozo no es tan grande", grafica Verónica Lillo haciendo énfasis en que muchas carreras distintas pueden hacer feliz a una persona y que -además de ese factor- hay que hacerse cargo de otras tareas y otros llamados.
Informarse sobre la carrera y la institución a la que se postulará
Una buena forma de despejar dudas respecto a una carrera en específico es acudir a la universidad que la imparte y conocer el área. Rodrigo López recomienda hablar con los estudiantes del programa que les interesa para saber qué factores positivos o negativos hay en el quehacer diario de la profesión.
Verónica Lillo coincide con eso, indicando que es importante salir de la casa y conocer en vivo las universidades y el campo de trabajo que se evalúa, ya que se trata de un proceso vivencial.
El especialista Andrés Antivilo recomienda a los estudiantes investigar el perfil de egreso de cada institución, es decir, las áreas a las que el establecimiento pone énfasis al formar a sus alumnos.
Errores
Rodrigo López advierte de tres errores comunes entre los jóvenes a la hora de escoger una carrera: tomar la decisión de forma muy apresurada, elegir imitando a algún amigo o entrar a la universidad solamente porque es lo que se espera de ellos.
Verónica Lillo agrega como error el no informarse sobre la carrera o la institución a la que se postulará. En este sentido insta a las familias a motivar a los jóvenes a buscar información, dedicarse analizar qué estudiarán y qué le será útil.
La profesora enfatiza lo importante que es buscar información de las becas y beneficios a los que se puede optar y mirar más allá de la oferta de beneficios estatales, evaluando becas de fundaciones o de las mismas universidades.
Para Andrés Antivilo es un error común el esperar a tener los resultados de la Prueba de Selección Universitaria para, en base a ellos, comenzar a descartar y decidir qué se va a estudiar. "El puntaje no va a cambiar los gustos e intereses", enfatiza, apuntando a un proceso previo de autoconocimiento y análisis.
Otro fallo que cometen los alumnos es no informarse sobre las condiciones de postulación a la universidad o a distintas becas, ya que muchas veces hay requisitos a la hora de postular o características del alumno que se exigen para ser considerado en algunos beneficios.
También llama a los alumnos a conocer las exigencias de las universidades en cuánto a las ponderaciones de las pruebas, notas de enseñanza media y los otros factores a la hora de postular.