En la edición de este sábado de "Cómo organizamos la vida", Iván Núñez conversó con la chef Carolina Bazán, quien ha sido reconocida como Mejor Chef Latinoamericana 2019 en los Latin America's 50 Best Restaurants.
Durante el programa, Bazán y Núñez dialogaron sobre los cambios que ha enfrentado la chef con su restaurante, el cual ha tenido que adaptarse a la contingencia y atender por delivery, modalidad que valora pero que señala que es "un privilegio". "Hay cosas con respecto a los delivery que son súper importante que se mantengan, pero he visto que no todos son de primera necesidad. Es gente que puede acceder a estos servicios. El tema de los restoranes es un privilegio. Para mí es muy fácil decir quédate en casa, porque yo tengo un patio", reflexionó la chef.
En la misma línea, Bazán expreso su preocupación por quienes ha sido más difícil el encierro: "Para algunos es imposible quedarse en casa. Tú no puedes encerrar a un niño, no puedes encerrar a un perro. Los niños también necesitan 'airearse' sobre todo si no tienes el espacio para eso, los departamentos son chicos", detalló.
Carolina Bazán y su pareja, la sommelier Rosario Onetto, son madres de dos hijos: Iñaki y Mía. Su vivencia como madre la ha hecho reflexionar profundamente sobre el efecto que ha tenido la cuarentena en los más pequeños, y relató lo triste que ha sido para ella no poder ir a la plaza con sus hijos. "Los niños van a salir afectados de esto, me preocupa mucho la salud mental de la gente y sobre todo de los niños, que los va a afectar a futuro", explicó.
La cuarentena de Carolina Bazán
Apenas supo del primer caso de coronavirus en Chile, la chef y su familia decidieron comenzar una estricta cuarentena. "El tema de mis padres me asustaba mucho, son bien mayores", detalló. El miedo de enfermarse y contagiar a otros la mantuvo encerrada por dos meses, hasta que tuvo que empezar a salir para hacer funcionar su negocio, el destacado restaurante Ambrosía.
Cuando Iván Núñez le preguntó a la chef qué era lo que más extrañaba de la época previa a la pandemia, Bazán no lo dudó: "Uno empieza a apreciar las cosas chicas de la vida, salir a caminar libremente sin una mascarilla, que los niños puedan salir a la plaza a caminar".
Al mismo tiempo, admitió que lo que más le asusta de la actual pandemia son las consecuencias físicas y mentales que tendrá en la salud de las personas, por sobre lo económico. "Sé que el tema económico es importante, pero tengo fe de que siempre se van a solucionar las cosas. Pero para mí la salud es lo primero", aseguró.
Cuando Iván Núñez le preguntó a la chef con quién le gustaría pasar la cuarentena, pensó en Thom Yorke, líder de la banda Radiohead. "Lo encuentro muy entretenido, la música acompaña muy bien, imagínate las creaciones...". En el caso contrario, admitió que no le gustaría pasar la cuarentena con Donald Trump.
Respecto a los desafíos que ha traído el COVID-19 a su vida, la chef se refirió a la dificultad de mantener la distancia física. "Somos sociables, somos de calor humano, de abrazarse, de cariño. Eso de no poder tocarse, estar muy lejanos no nos sale natural (...)", detalló.
Sobre Ambrosía, Bazán reconoció que le parece muy difícil reabrir pronto: "El corazón de todo el restorán son doce puestos alrededor de la cocina, el resto son un par de mesas pegadísimas. Entonces no vamos a poder abrir hasta que no quepa la gente que cabe (...) Va a ser rarísimo. Personalmente, no me gustaría abrir el restorán si tengo que poner estos PVC entre medio para separar a la gente, todas estas normas de lejanía que están bien, siento que no es el espíritu de ir a un restorán. Para eso me quedo en la casa", afirmó, esperando que pronto su restaurante "se pueda abrir y se abra con todo".