Es muy común ver a niños actuando como si tuviesen más años que su edad cronológica, su vestimenta, conductas, intereses y en especial la manera de relacionarse con los otros.
Estudios sociopsicológicos, hablan de niños de una nueva Era, con un mundo de información de fácil acceso y con herramientas tecnológicas que los insta a buscar y vivir experiencias de manera apresurada. También lo relacionan con los estilos de crianza, dinámicas familiares y los tipos de relaciones interpersonales.
Pero también, tenemos aquellos niños que presentan conductas regresivas, presentando conductas involutivas, es decir, que corresponde a una edad inferior de desarrollo, explica María Pía Castro, psicóloga infantojuvenil de Clínica Santa María.
Las conductas regresivas, se encuentran directamente relacionado con necesidades de protección, inseguridad, angustia, sentimientos de abandono y/o sentirse no visibles para sus figuras significativas. Normalmente estas suelen coincidir con algún acontecimiento importante para el niño, tales como:
- Dinámicas familiares. (castigos, estilos de crianza, carencias, tradiciones, etc.)
- Ambiente o el entorno del niño. (discusiones, el trato, estrés, todo lo que lleva al niño a vivir sensaciones de inestabilidad)
- Situaciones adversas o inesperadas (terremotos, accidentes, bullying, enfermedades, pérdidas, pandemia, etc.)
- Llegada de un hermanito o un familiar a vivir en casa. (abuelos, nuevas parejas, hermanastros, etc.)
- Cambios de casa y/o colegios. (entrada al colegio, cambio de ciudad, país, cultura, etc.)
Las conductas regresivas son uno de los motivos de consulta psicológicas más frecuentes, éstas se manifiestan por: descontrol de esfínteres (anal y vesical), chuparse el dedo, volver al chupete o mamadera, pedir ayuda para realizar algo que lograba ejecutar, volver a dormir con los padres, llorar por todo, miedos, dejar de hablar, comer y gatear entre otros.
Cómo se deben abordar estas conductas en casa:
- Entregar un ambiente familiar cálido, seguro y estable.
- Ayudarlos a verbalizar sus emociones.
- Aprender a identificar las señales de sus hijos.
- Mostrarles y recordarles que lo aman inmensamente.
- Evitar los gritos y gestos bruscos.
- Hacer espacios de juegos y actividades en conjunto.
- Evitar frustrarse, angustiarse y dañarse frente a los niños.
- Siempre consultar a un especialista cuando las conductas se mantengan por más de 2 semanas.