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U. de Chile crea dispositivo que muestra riesgo de contagio por COVID-19 en lugares cerrados

A través de la medición del CO2 en el aire, el aparato emite una alerta cuando la concentración de éste es muy alta y avisa cuando es necesario ventilar el espacio y bajar el riesgo.

24horas tvn

Miércoles 31 de diciembre de 1969

Con la llegada del invierno y del frío aumenta la interacción de las personas en espacios cerrados, lo que propicia los contagios por coronavirus, en caso de que la ventilación no sea la adecuada.

Para lograr detectar cuándo un lugar de este tipo puede llegar a ser peligroso para la salud, investigadores de la Facultas de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile crearon un dispositivo que logra detectar el riesgo de contagio.

Se trata de un aparato de bajo costo, capaz de medir los niveles de dióxido de carbono existente en un lugar cerrado, para así determinar qué tan ventilado y, por consiguiente, qué tan riesgoso puede ser estar en una oficina, laboratorio, sala de clases o cualquier otro espacio cerrado ante la exposición de algún contagio viral.

Cómo funciona

“El corazón del dispositivo es un sensor que mide la concentración de CO₂, emitiendo luz infrarroja que es absorbida por las moléculas de dióxido de carbono en el aire”, explica Francisco Förster, PhD en Astronomía de la Universidad de Oxford, investigador del CMM y académico de la U. de Chile.

Esta medición se despliega en una pantalla y cuando la concentración supera un umbral de 700 partículas por millón, se activa una señal de alarma.

La concentración de CO₂ que detecta este sensor, así como la temperatura y humedad, son transmitidas por señales de radio a una central, que puede monitorear al mismo tiempo a decenas de sensores.

 

“La central está conectada a internet vía wifi, y es la encargada de subir los datos a la nube. Una vez en la nube, los datos pueden ser consultados por una interfaz que alimenta una página web donde es posible consultar los valores históricos de cualquier sensor de la red”, aclara Förster.

En tanto, Ricardo Finger, académico, doctor en Ingeniería Eléctrica e investigador del CATA, afirma que, en base a este proyecto y a la evidencia científica que hay detrás, “debemos movernos de un aforo estático, basado en los metros cuadrados la superficie, a un aforo dinámico basado en la calidad del aire medida en el lugar y en tiempo real”.

La iniciativa es impulsada por científicos del Centro de Modelamiento Matemático (CMM) y del Centro Excelencia en Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA), la que está siendo testeada en colegios y universidades, donde podría comenzar a operar.