Taylor Poynter, una enfermera de 27 años, de Chicago, Estados Unidos, está embarazada de su primer hijo, y tiene fecha de parto para junio.
En medio de la pandemia mundial por el coronavirus COVID-19, la mujer continua trabajando, pese a tener un embarazo avanzado.
Constantemente se encuentra compartiendo actualizaciones acerca de su embarazo y trabajo, además de evidenciar las medidas preventivas para no contagiarse.
"Es un proceso de pensamiento tan múltiple cuando se trata de estar embarazada y ser una trabajadora de la salud en este momento", aseguró al sitio Motherly. “Definitivamente no creo que mis publicaciones de Instagram cubran un aspecto completo de lo que las mamás están sintiendo en este momento ''.
En sus publicaciones de redes sociales, asegura que “hay mucho miedo y ansiedad” por ser una futura madre en primera línea, sobre todo porque los suministros se agotan en ciertas áreas señaló.
También ha sido súper clara en señalar, a través de su cuenta de Instagram que no es una opción trabajar: "No queremos trabajar de cerca con estos pacientes. No" elegimos "ponernos a nosotros mismos ni a los bebés en peligro. Preferiríamos estar sentados en casa” escribió.
Y en la misma publicación agregó: “Queremos proteger profundamente a nuestro hijo que aún no hemos conocido. Hemos aumentado la ansiedad y el miedo en comparación con las personas que se quedan en casa. Somos emocionales. No vamos a trabajar pensando:" Wow, soy un héroe”.
Taylor aseguró al sitio Today que en un principio compartía sus fotos para ir documentando el avance de su embarazo, sin embargo ya se convirtió en un medio para narrar su historia a otras personas.
Y agregó: ”También creo que realmente les da a las personas una imagen clara de cómo son nuestras vidas en este momento: esto es tan real como parece, todo resumido en una foto".
"Independientemente de la etapa de embarazo en la que se encuentre, ninguna mujer quiere verse así: cansada y sudando con brotes de piel de nuestras máscaras", detalló.
Y continuó: ”Me apasiona defender a las mujeres embarazadas que trabajan en primera línea y eso incluye hacer que las personas sean conscientes de todas las emociones con las que luchamos y que nunca deberíamos tener que atravesar”.
Además explicó que está consciente del parto diferente que tendrá que enfrentar: "Nadie podrá visitarnos en el hospital, o eso espero, y dudo que permitamos que las personas entren libremente a nuestra casa después del parto", dijo. "En general, esto no es lo que esperaba con nuestro primer bebé".