Un reciente estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés) reveló que el COVID-19 viaja tanto, como ya sabíamos, por gotitas expulsadas al hablar o toser, como por suspensión de partículas en el aire (aerosol), y de esta forma puede alcanzar hasta 8 metros de distancia.
Esto significa que el coronavirus permanece en el aire más de lo que creíamos, ya que las gotitas expendidas al hablar alcanzan hasta 2 metros desde su emisión y luego caen al piso, en cambio el aerosol alcanza distancias mayores y puede quedar suspendido en el aire.
Otro dato lo otorgó la revista académica de Medicina de Nueva Inglaterra cuando publicó una investigación en marzo donde demostró que el virus puede durar en aerosol hasta tres horas, sin embargo, su cantidad de reduce a la mitad pasada la primera.
Concretamente esto se traduce en que en habitaciones cerradas con circulación de personas, como por ejemplo ascensores, podría acumularse el virus si infectados permanecieron dentro.
Ante los resultados, y según consigna BBC, el virólogo David Heymann, presidente de un grupo de consultores y ex presidente de la OMS, declaró que la entidad se encuentra “estudiando las nuevas evidencias científicas y estamos dispuestos a cambiar las recomendaciones, si es necesario”.
“Es posible que llevar la mascarilla sea tan eficaz o más que mantener la distancia de seguridad de las personas”, agregó.
Por su parte el presidente del Instituto Superior de Sanidad, Silvio Brusaferro, afirmó que “los datos que tenemos a nivel epidemiológico nos dicen que las principales vías de transmisión son por las gotitas de saliva en el aire y por contacto” y aseguró que la hipótesis de la transmisión aerosol solo está demostrada “en contextos particulares, especialmente en el ámbito sanitario”, según consigna el medio español, ABC.es