Un nuevo trastorno se ha diagnosticado en personas que se han recuperado tras un contagio de COVID-19. Se trata de parosmia, una afección que se caracteriza por alterar el sabor y el olor en quien la padezca.
El doctor José Alzérreca, otorrinolaringólogo de la Clínica Universidad de Los Andes, explicó a El Mercurio que "como especialistas, estábamos acostumbrados a ver uno o dos casos al año, pero se han incrementado al punto que ahora vemos varios al mes".
Síntomas
Según cifras reportadas al medio citado por Carlos Stott, jefe del servicio de otorrinolaringología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, entre el 40% y 50% de personas contagiadas de COVID-19 pierden el olfato —alteración denominada anosmia— y, dentro de ellas, cerca de un 10% se encontraría desarrollando parosmia.
Stott explicó que "se caracteriza porque las cosas huelen o saben distinto a lo que deberían, como que la comida sepa rancia o que un producto como un champú huela a otra cosa".
Tiempo de recuperación
Decenas de publicaciones científicas han surgido a raíz de la frecuencia de casos. Un estudio de la revista Rhinology afirma que el inicio de los síntomas de la parosmia suelen surgir cerca de dos meses y medio luego de superar el contagio de COVID.
Hasta el momento, se cree que la parosmia podría extenderse hasta cuatro y seis meses después de superar el contagio de coronavirus.
"Mientras más joven sea la persona, más rápida sería la recuperación, pero esta también depende de la intensidad con la que se alteró el olfato, porque no es lo mismo una persona que perdió totalmente el olfato con el virus, que en ellos la parosmia dudaría varios meses, que en alguien que lo perdió parcialmente", añadió el doctor Alzérreca.