Con el propósito de aportar a la comunidad en la crisis provocada por la pandemia del Coronavirus, el jueves 30 de julio un equipo de expertos de Rentokil Initial, liderado por el Subgerente de Calidad, Franco Molina, asistió a la Residencia Villa Jorge Yarur Banna de la Corporación Crecer Mejor ubicada en la comuna de La Pintana, para realizar una desinfección preventiva.
El objetivo de este servicio especializado fue desinfectar específicamente el edificio de oficinas, casino, sala de computación y las 10 casas que componen el recinto. Todo esto para brindar más seguridad a las niñas, adolescentes y a los trabajadores del lugar.
Para esto, la compañía cuenta con más de 100 técnicos capacitados en todo el país, que han sido certificados por Rentokil Initial UK, con la finalidad realizar de forma segura los procedimientos.
El equipo asistió al lugar estuvo integrado además, por Stefano Pernigotti, Alfredo Sánchez, David Millar y David Bizama; quienes al finalizar el servicio realizaron una actividad deportiva al aire libre en la que compartieron con las niñas de forma segura, tomando distanciamiento social y todas las medidas de seguridad pertinentes para evitar contagios.
“Fue un gran aporte para la seguridad en salud de las niñas y adolescentes, pero más allá de la desinfección quisiera destacar la preocupación, disposición y especial atención del equipo que fue a la residencia, acogiendo preguntas y proponiendo elementos para favorecer la prevención”, cuenta Marcia Valdés, Directora del lugar.
“Nosotros como Rentokil Initial ahora más que nunca, sentimos la necesidad de aportar a nuestras comunidades y clientes para brindarles condiciones de trabajo y convivencia seguras. Por ello, pusimos en marcha el proyecto #sharethelove con el que ayudamos a cientos de miles de personas en todo el mundo. En Chile hemos puesto especial foco en la población vulnerable como los son las menores de la Corporación Crecer Mejor”, dijo Franco Molina.
LA CORPORACIÓN CRECER MEJOR
Es una institución dedicada hace casi tres décadas a la protección de la infancia vulnerada y al trabajo diario por restituir en el menor tiempo posible su derecho a vivir en familia. Su labor se basa en un compromiso irrestricto en brindar experiencias de vida bien tratantes, con orientación a la promoción de vínculos sanos y seguros para cada niña y adolescente que está bajo su cuidado.
Este tiempo de cuarentena ha sido desafiante. Nos hemos debido adaptar rápidamente a una nueva forma de trabajar y relacionarnos. Las educadoras de trato directo (cuidadoras) han hecho una gran labor flexibilizando y alargando sus turnos, con jornadas laborales excepcionales, para evitar la alta rotación de personal y disminuir así fuentes de contagio.
“A pesar de las dificultades de estos momentos, gracias a la labor de los equipos y ciertamente de las cuidadoras, las niñas y adolescentes mantienen sus rutinas de estudios, espacios formativos y recreativos, cuentan con un entorno cariñoso y contenedor en esta desconcertante situación”, dijo Marcia Valdés.
“Cada una de ellas sigue recibiendo el apoyo terapéutico, psicológico y psiquiátrico de manera remota, además de mantener el contacto con sus familias a través de esa misma vía. Al interior de la residencia se han establecido exigentes protocolos de limpieza, como el uso obligatorio de mascarillas, guantes y de escudos faciales. Más allá de las exigentes condiciones de aseo, destacamos la capacidad de los equipos de adaptarse y prever situaciones de riesgos, logrando adaptarse diariamente a las dificultades. Hasta el momento, no ha habido contagios”, aseguró la directora del lugar.