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Dolor crónico facial: Otro mal que se ha incrementado en pandemia

El especialista en Trastorno Temporomandibulares y Dolor Orofacial sostiene que los pacientes se han agravado durante la crisis sanitaria, debido a la tensión emocional, el aumento en los índices de depresión y los problemas para dormir.

24Horas.cl Tvn

Miércoles 31 de diciembre de 1969

No son pocos los que han despertado con dolores en sus rostros, cuello y cabeza durante los difíciles momentos de la pandemia.

Según el doctor especialista en Trastorno Temporomandibulares y Dolor Orofacial, Rodrigo Casassus en la crisis sanitaria ha habido un incremento “de las personas con dolor facial, cefaleas y otros".

“Han aumentado en un 100% y lo han hecho por las condiciones emocionales de la pandemia - y pre pandemia, del estallido social en adelante- que han generado como cuatro olas de pacientes que se han ido agravando producto de que esto afecta el sueño, la resistencia al dolor, el dolor emocional que genera dolor físico, aumento de índices de depresión, índices asociados a traumas”, comenta.

En el Centro Interdisciplinario del Dolor UC CHRISTUS se refieren al dolor crónico en general y indican que la situación que se viven en el mundo puede incrementar los niveles de estrés, lo que repercute en la percepción y expresión del dolor crónico, impacta la calidad de vida y aumenta los problemas para dormir.

Para mejorar el malestar, desde el centro publicaron los siguientes consejos:

  • Manténgase activo.
  • Haga dentro de lo posible una vida normal, respete rutinas y horarios para levantarse y acostarse.
  • Mantenga cierta exposición a la luz solar, salga al patio o asómese a la ventana o balcón.
  • Coma sano y respete sus horarios de alimentación.
  • Manténgase informado, pero limite el uso de redes sociales. Practique el “ayuno digital”, un tiempo de desconexión que le permita estar en el ahora. Infórmese desde fuentes fidedignas y oficiales.
  • Busque y proteja espacios de ocio.
  • Comparta con sus seres queridos, active plataformas virtuales de comunicación en caso de tener familiares lejos y pida ayuda a tiempo.
  • Ayude a familiares y cercanos a mantener la calma y tener un pensamiento adaptativo a cada situación.
  • Tenga atención con conductas de discriminación, el miedo puede gatillar este tipo de situaciones.
  • Infórmese de cómo hablar y enfrentar la situación en caso de que conviva con niños.

¿Y el bruxismo?

De acuerdo a la Clínica Mayo, el bruxismo es un trastorno en el que rechinas, crujes o aprietas los dientes, muchas veces de manera inconsciente cuando estás despierto (bruxismo diurno) o mientras duermes (bruxismo nocturno).

Algunas consecuencias del bruxismo son:

-Dientes aplanados, fracturados, partidos o flojos
-Esmalte dental desgastado
-Mayor dolor o sensibilidad dental
-Lastimaduras por morder la parte interna de la mejilla
-Alteración del sueño

Si bien la información que podemos encontrar en internet relaciona el bruxismo con el dolor facial, en los últimos años los estudios al respecto han dado un giro. Rodrigo Casassus enfatiza en que la importancia del bruxismo está “en que es un indicador de una patología médica”, pero que los dolores de rostro, cuello y cabeza no son causa directa de rechinar los dientes.

“Nosotros pensamos que el apretar los dientes durante la noche era lo que generaba los dolores de cabeza o mandíbula al despertar, pero ahora sabemos que las personas que bruxan, tanto las que tienen o no dolor, tienen un promedio de tiempo de dos a cuatro minutos apretando lo dientes y no en intensidad alta. No hay diferencia entre las que tienen o no dolor en el bruxismo”, explica Casassus.

Una investigación realizada por varios especialista en 2013 - Epidemiology of bruxism in adults- evaluó las cifras de prevalencia del bruxismo según edad y sexo en base a estudios anteriores. Las conclusiones son claras: El 31,4% de las personas ha padecido bruxismo alguna vez en su vida.

El informe también describe que no hay diferencia en la cantidad de casos entre hombres y mujeres. Respecto a la edad se registra un peak de episodios antes de los 40 años, disminuyendo con el paso del tiempo.   

Pero este no es sólo un problema de adultos, los  niños también suelen tener episodios de bruxismo, sobre todo alrededor de los seis años.