Un reciente estudio entregado por Maihue, empresa especializada en sistemas de purificación de agua conectados a la red domiciliaria, reveló los niveles de sedimentación presentes en el agua potable que consumen diariamente miles de personas en distintas comunas de Santiago y de Chile.
La sedimentación corresponde la presencia de partículas sólidas suspendidas en el agua, tales como tierra, arena, óxidos metálicos o residuos inorgánicos y orgánicos.
Los datos, recopilados a partir de mediciones constantes durante el año, evidencian una marcada variabilidad entre sectores.
Niveles de sedimentación por comuna
De acuerdo con los resultados del informe, en la Región Metropolitana la comuna de Lo Barnechea presenta los niveles más bajos de sedimentación, con valores que oscilan entre 100 y 200 miligramos por litro (mg/L).
En contraste, Colina registra las cifras más altas, alcanzando concentraciones de entre 400 y 1.000 mg/L. En la misma línea, Las Condes presenta niveles entre 200 y 400 mg/L; Ñuñoa, entre 400 y 800 mg/L; y Santiago Centro, entre 500 y 800 mg/L.
La siguiente tabla muestra el promedio de las lecturas de partes por millón (PPM) realizadas en la red de distribución de agua potable de comunas diferentes regiones del país, datos que fueron recolectados al momento de la activación de nuevos servicios o en controles periódicos de calidad.
Las PPM del agua pueden variar según el momento de la medición y de distintos factores, como la cantidad de lluvias, la ubicación dentro de a comuna, o si el agua se mide en una casa o departamento.
Al respecto, Carola Montecino, académica de la Escuela de Enfermería-Epidemiológica de la Universidad de las Américas, explica que si bien hay presencia de sedimentos en el agua potable nacional, "hay que tener en cuenta que en Chile se hace tratamiento de las aguas. Y el sedimento puede variar, por ejemplo, por eventos climáticos como lluvias o aluviones. Hay elementos químicos que están dentro del sedimento que pueden ser tóxicos como arsénico, plomo, cadmio, mercurio... pero en Chile se realiza tratamiento de agua".
En ese sentido, Montecino explica que los rangos óptimos para la presencia de sedimentos en el agua "debe ser menor a 800 a 1000 miligramos por litro de estos compuestos en general. Y los (elementos) tóxicos aún menos, por ejemplo, el arsénico, menos de 0,01 miligramos por litro, el cadmio menos de 0,003 miligramos por litro".
¿Qué influye en los niveles de sedimentación?
Por su parte, desde Maihue explican que "aunque Chile cuenta con una de las mejores aguas potables del mundo, la variabilidad en los niveles de sedimentación entre comunas es una realidad".
"Si bien estos niveles se mantienen dentro de los márgenes saludables, su fluctuación responde a factores naturales como el origen de los caudales, la cercanía a ríos o el estado de la infraestructura hídrica", afirmaron.
Aunque la calidad sanitaria del agua cumple con los estándares establecidos, el sabor sigue siendo un punto crítico para muchos usuarios. Esta percepción ha influido directamente en sus hábitos de consumo.
Las consecuencias por el consumo de agua con altos niveles de sedimentos
El rechazo al sabor del agua de grifo podría provocar, por ejemplo, un aumento en la ingesta de bebidas azucaradas y agua embotellada, explican desde la empresa.
"El consumo de bebidas azucaradas es altamente perjudicial para la salud, ya que desequilibra el organismo debido al exceso de azúcar", advierte Claudio Brinkmann, cofundador y CEO de Maihue. Además, menciona que "estas bebidas, además de representar un riesgo para la salud, también tienen un impacto económico significativo en las familias chilenas".
Según la VII Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, las familias destinan en promedio un 10,38% de sus ingresos exclusivamente a bebidas y jugos, una cifra que ha ido en aumento.
Otra posible consecuencia también puede tener impacto en la salud, según explica la académica de la UDLA, Carola Montecino: "Pueden haber enfermedades que aparezcan por la acumulación de estos sedimentos en el cuerpo, por ejemplo, cáncer a la piel, daño neurológico, enfermedades renales, trastornos reproductivos también, eso está estudiado (...) pero Chile hace un buen tratamiento de las aguas".
A lo anterior agrega, para tranquilidad de los nacionales, que "estas enfermedades son producidas de forma multifactorial, no solo por la presencia de metales pesados en los sedimentos (…) no hay una relación directa".
El "problema" del agua embotellada
El Instituto para el Agua, el Medio Ambiente y la Salud de la Universidad de las Naciones Unidas ha advertido sobre el dilema de la industria del agua embotellada, que comercializa un recurso esencial a precios muy superiores a su valor real. Este modelo no solo plantea problemas de accesibilidad económica, sino también medioambientales, debido a la cantidad de residuos plásticos que genera, aunque es una alternativa válida para la adquisición de agua filtrada.
"Es preocupante observar cómo un recurso tan vital como el agua se comercializa a precios inalcanzables para muchos, generando un gasto per cápita significativo y exacerbando la crisis de residuos plásticos", comenta Brinkmann.
Frente a este escenario, otra posible solución sustentable y accesible es instalar purificadores de agua, que estén directamente conectados a la red domiciliaria. Estos dispositivos permiten entregar agua purificada de alta calidad, mejorando su sabor y reduciendo el uso de botellas plásticas.
En este punto la académica de la Salud de la UDLA remarcó la importancia del agua filtrada, apuntando que "actualmente, hay muchas empresas que están realizando este proceso en el agua y ha sido bastante beneficioso porque contribuye a que la población tenga acceso a un agua mucho más purificada y más sana para nuestro cuerpo".
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