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Personas entre 22 y 44 años de la RM son las más afectadas: Revelan aumento de consumo de alcohol en pandemia

El informe de ACHS-UC también señala que el consumo clasificado como de alto riesgo es significativamente más alto en los grupos de mayor educación.

24Horas.cl Tvn

Miércoles 31 de diciembre de 1969

Desde que el coronavirus llegó a nuestras vidas muchas cosas han cambiado. Las rutinas mutaron completamente, así como el comportamiento frente a diversas situaciones.

En este escenario mantener el control frente a la incertidumbre y el estrés no es tarea fácil; y así lo revela el Termómetro de la Salud Mental en Chile realizado por la Universidad Católica y la Asociación Chilena de Seguridad; que, entre otras cosas informa de un aumento en el consumo de alcohol durante la pandemia.

Para medir el consumo de alcohol en los encuestados se utilizó el Alcohol Use Disorder Identification Test (AUDIT-C). Los resultados arrojan un 12.5% de consumo de riesgo, superior al 9,5% reportado en noviembre 2020.

“Esta es la única de las dimensiones que vamos a ver dónde el hombre está más afectado que la mujer”, dijo David Muñoz, director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales UC.

 

El índice también muestra que el consumo de alto riesgo es superior en la Región Metropolitana que en otras zonas del país y que son los jóvenes entre los 21 y 44 años quienes presentan mayores incidencias.

El médico psiquiatra de la Clínica Las Condes, Juan Meneses, señala a 24Data que el aumento del consumo de alcohol en pandemia se puede deber a distintos factores, tales como la incertidumbre, el aislamiento social y la preocupación frente a la situación económica.

“Las personas de ese rango de edad están en plena edad productiva laboralmente y vimos que en pandemia ha habido mucha incertidumbre económica y laboral, lo que podría aumentar los niveles de estrés y ansiedad". Estos factores, según lo explica el experto, generan en las personas la búsqueda de cosas para apaciguar la ansiedad “y lamentablemente uno de los ansiolíticos que es de fácil acceso es el alcohol”.

El informe también señala que el consumo clasificado como de alto riesgo es significativamente más alto en los grupos de mayor educación. Según las cifras, quienes poseen estudios universitarios presentan un consumo del 22%, superando ampliamente a quienes poseen educación básica (2%), media incompleta (5,5%) y media completa (9,0%).

El doctor Meneses indica que si bien la educación es un factor protector para la vida saludable en otras dimensiones, como el consumo de alcohol se vuelve “un arma de doble filo”.

“Según el informe de SENDA 2020, quienes dejaron el consumo de alcohol lo hicieron por temas económicos durante la pandemia. En este caso, vemos que suele ser que quienes tienen mayor nivel educacional tienen mayor nivel adquisitivo, por lo tanto pueden adquirir este tipo de bebidas para calmar la ansiedad y estrés”, explica.

Para el psiquiatra, también hay una relación con factores ambientales. “He visto en mi consulta muchos adultos jóvenes que han aumentado sus niveles de estrés producto del teletrabajo y la educación online de sus hijos. Estos pacientes han aumentado su carga laboral lo que genera mayor estrés, ansiedad y, al tener mayor nivel adquisitivo, se tiene a la mano poder comprar este tipo de sustancias”.

Otros factores que afectan

Quienes presentan consumo de alcohol de alto riesgo, también tienen aumento en otros indicadores de bienestar.

En términos de salud, las personas que tienen este tipo de consumo de alcohol presentan un estado de soledad que duplica a quienes no consumen o tienen un grado de consumo bajo.

En cuanto a la sospecha y presencia de problemas de salud mental o síntomas depresivos, quienes tienen un consumo de alcohol de riesgo presentan 13 puntos porcentuales más que aquellos que no beben o tienen bajo consumo.

El economista y director del centro que lideró el estudio, David Bravo señaló que “lo que estamos haciendo es relevar dimensiones del bienestar y creo que cada vez más tenemos que pasar de medir solamente aquellas cuestiones económicas, a medir en definitiva el bienestar. Aquí tenemos un conjunto de indicadores que han ido en declive”.

“Cuando no somos capaces con nuestras políticas de atender adecuadamente la magnitud de la crisis, esta no solo se traduce en tasas de desempleo o caídas en los ingresos, sino también se traduce en caídas en el bienestar”, concluye el experto.

 

*La encuesta permitió el seguimiento de 1.437 personas de un rango de edad entre los 21 y 68 años en los meses de abril del 2020, noviembre 2020 y abril 2021.