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Pasará a los libros como un "hecho inédito": ¿Cómo se inserta el Plebiscito 2020 en la historia de Chile?

El analista político Mario Herrera asevera que será "el único plebiscito constitucional que ha tenido Chile bajo reglas democráticas como el voto secreto, informado y libre. Es inédito en la historia de Chile, probablemente no tenga un punto de comparación".

Francesca Cassinelli

Miércoles 31 de diciembre de 1969

El Plebiscito del 25 de octubre de 2020 será un hecho inédito en la historia de nuestro país. Aunque la idea de renovar la Constitución Política de la República ronda hace años y surgía cada vez más intensamente durante períodos de elecciones, el "estallido social" de octubre de 2019 llevó al acuerdo de distintos partidos políticos y a la decisión de definir una votación de la ciudadanía para aprobar o rechazar la idea.

Se trata de un proceso histórico tanto por la forma en que se gestó como por las características de transparencia que se proyectan.

¿Cómo se inserta en la historia de nuestro país? Si bien algunos de los factores que nos llevan al Plebiscito 2020 se habían dado con anterioridad, los expertos plantean que no se puede comparar con otro hito ni con elecciones anteriores.

La otra "tensión social" en la historia de Chile

Para el director del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Chile, Mario Matus, son dos los factores claves que llevaron a la presión por una Nueva Constitución: lo social y lo político. El académico opina que la solicitud de una nueva Carta Magna por parte de la ciudadanía va en línea con el avance económico de los últimos años, mejora que no percibió la mayoría de la población, sino que acrecentó la desigualdad.

En ese sentido, para Matus algunos elementos podrían ser similares a los que tomaron lugar en Chile a comienzos de 1900.

"Hemos vivido algo parecido a los comienzos de siglo hasta 1906: tuvimos un crecimiento muy bueno, pero al no representarlo en una mayor inclusividad social y política ha generado este tremendo malestar, o sea, ahora para hacerlo bien lo que deberíamos hacer es no perder las fuentes que nos permiten tener un crecimiento sano de la economía, pero sí incorporar las reformas sociales y políticas", opina el licenciado y magíster en Historia de la Universidad de Chile.


Obreros catando minas, 1906.

El académico de la Escuela de Ciencia Política y Administración Pública de la Universidad de Talca, Mario Herrera, coincide en los factores que llevaron al surgimiento ciudadano de la presión por una Nueva Constitución: "por un lado hay una crisis de confianza en las instituciones políticas que se viene arrastrando (...) y que en los años se viene acentuando", señala.

Herrera añade otro factor: una clase media emergente y que alcanzó un desarrollo económico propio. "Son personas que probablemente son primera generación dentro de su familia que pudieron estudiar o hacer un emprendimiento y que les fue bien, ahora miran hacia abajo, ven la pobreza y que están a un paso de volver a la situación inicial", describe, añadiendo que sienten que "la clase alta se pone de acuerdo y los dejan a un lado".

¿Marca el plebiscito una nueva etapa histórica del país?

Para el director del departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Chile el plebiscito "recién va a consolidar la transición política, que no quedó bien completa, no quedó consolidada". El académico recuerda que a los años tras el fin de la dictadura "personas como O'Donnell, Garretón y muchos más lo llamaron de cualquier manera, pero no democracia plena. Democracia de baja intensidad, democracia delegativa, pseudo-democracia", enumera.


El ex presidente Patricio Aylwin, figura ligada a la transición a la democracia en Chile.

"Es inédito en la historia de Chile", asevera respecto al proceso el analista Mario Herrera, quien enfatiza que este será el "único plebiscito constitucional que ha tenido Chile bajo reglas democráticas como el voto secreto, informado y libre, es inédito en la historia de Chile, probablemente no tenga un punto de comparación".

Sobre una eventual Nueva Constitución, Matus indica que "la historia de América Latina es que los países que tienen Constituciones más gruesas, más frondosas, más voluminosas son las que tienen menos durabilidad en el tiempo", planteando que para que la Carta Magna pueda perdurar en el tiempo debe tener exclusivamente "principios orientadores entendidos como fundamentales".

"Nosotros tuvimos dos grandes Constituciones que le dieron mucha estabilidad al país: la de 1833 y la de 1925, y ambas permitieron la adaptación", describe el historiador.

No es lo mismo que los plebiscitos anteriores

Aunque lleven la misma denominación, tanto Mario Matus como Mario Herrera aclaran que no se puede comparar el Plebiscito 2020 con aquellos que se hicieron en 1925, 1978, 1980, 1988 y 1989 en nuestro país.

"(A los plebiscitos previos) es muy difícil asignarles un grado mínimo de validez y esto es importante porque ahora que se va a hacer un plebiscito este sí va a cumplir con estos requerimientos (de transparencia) y espero que cumpla con todos los mínimos", comenta al respecto el analista de la Universidad de Talca. "Tiene que haber misiones internacionales, tiene que haber chilenos votando en el extranjero, tener representantes paritarios en términos de género, una cuota importante de representantes de pueblos indígenas", apunta.

Matus comparte esa convicción: "Es el primer plebiscito constituyente de Chile porque es primera vez que se está preguntando a todos los chilenos y no a un grupo entre cuatro paredes si se quiere echar a andar un proceso por el cual se va a promulgar una nueva Constitución". El historiador va más allá y agrega: "Noto una cierta inquietud: hay una cierta incertidumbre (..) lo que es bueno porque cuando uno sabe los resultados de algo le quita legitimidad. Al no saber quién va a ganar: genial, porque significa que el resultado no está predeterminado".

Ambos especialistas distinguen lo que se pregunta en la consulta. "Se tiende a pensar que el punto de comparación es el plebiscito de 1989, pero en realidad no es así: allí se estaba decidiendo la continuidad o no de un Gobierno", explica Mario Herrera definiendo las elecciones de este año como la definición de "si se le devuelve al soberano, que es la gente, el poder constituyente para que ellos puedan decidir las nuevas reglas del juego o si se mantienen, y de alguna forma se validan, las reglas del juego con las que hemos estado en los últimos treinta años".