Cada miércoles el Ministerio de Salud (Minsal) publica el informe de Indicadores de Testeo, Trazabilidad y Aislamiento donde, entre otras variantes, entrega la positividad correspondiente a la semana epidemiológica.
La positividad es la “proporción de los test PCR que resultan positivos para COVID-19 con respecto al total de test PCR efectuados” en un periodo de tiempo.
De acuerdo a este mismo reporte, desde el 26 de febrero que el índice de positividad a nivel país ha superado el 10%, alcanzando el peak la primera semana de abril. Pero, ¿cómo interpretar estos datos?
El epidemiólogo y profesor asociado en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile Gabriel Cavada explica a 24Data que “una positividad de sobre el 10% te habla definitivamente de una epidemia desatada. Mientras más nos pasemos de ese 10% más compleja está la situación”.
Asimismo, el especialista sostiene que la positividad depende de la cantidad de exámenes que tomé en un periodo determinado de tiempo. “En general, estos exámenes que no son una muestra aleatoria de la población no es la prevalencia de la enfermedad, es lisa y llanamente la cantidad de exámenes que tomé, que insisto no son una muestra aleatoria”.
Según el último informe de trazabilidad, las tasas más altas de positividad promedio en la reciente semana epidemiológica se comunicaron en las regiones de La Araucanía (20,1), El Maule (13,3), Los Ríos (13,5) y Atacama. Esta última alcanzando su cifra mayor en los últimos dos meses con 13,3%.
Pero no es una situación reciente, las cifras sobre el 10% a nivel regional también se han registrado reiteradamente en nueve regiones del país desde el 12 de marzo: Tarapacá, Valparaíso, Metropolitana, O´Higgins, Maule, Ñuble, Biobío, La Araucanía y Los Ríos. Además, en las últimas tres semanas se suma a la lista Atacama.
La doctora Francisca Crispi, presidenta del Colegio Médico Santiago, explica a 24Data que si tomamos el Plan Paso a Paso como referencia, “una comuna para pasar de Fase 1 a Fase 2 debe tener un índice de positividad menor al 10% y para pasar de Fase 3 a Fase 4 debe tener un índice de positividad menor al 4%. Según esta misma métrica, más de un 10% de positividad sería para tener en cuarentena esa comuna”.
*El Plan Paso a Paso también indica que para que una comuna deje la cuarentena no solo requiere una positividad menor al 10%, sino que considera otros factores como la positividad regional, la ocupación de camas UCI, la tasa de incidencia de casos activos, entre otros.
Otro factor importante a la hora de analizar los resultados de la positividad son los recursos. El profesor Cavada indica que “la cantidad de test que haces depende, de alguna forma, de la cantidad de recursos que tengas como Estado para testear. Por esto la OMS hace una distinción. Dice, que en los países en vías de desarrollo, una positividad menor al 10% es aceptable. Es decir, que con una positividad menor al 10% en estos países te da indicios de que ya hay un nivel de control en la expansión epidémica.
Otros indicadores para analizar el escenario actual
La especialista advierte que no es factible observar la positividad sin analizar la Búsqueda Activa, dado que actualmente se está testeando más. “La variación de la positividad no es porque cambia mucho la variación de contagio, sino por la cantidad de test que se hacen”, sostiene.
La Estrategia de Testeo, Trazabilidad y Aislamiento (TTA) implementada por el Gobierno, tiene como objetivo identificar los contactos estrechos de una persona contagiada para prevenir avance la enfermedad.
La Búsqueda Activa es parte de la TTA y se focaliza en testear masivamente a personas no sintomáticas en lugares donde existe una posibilidad alta de contagios, por lo que el rol de los municipios se vuelve esencial en la tarea de prevención.
Es coordinada por los directores de Servicio de Salud y la Atención Primaria de Salud para conformar los equipos de búsqueda en cada territorio. Según la ordenanza 2469 se debe establecer un mapa situacional COVID-19 en el territorio de acuerdo a “zonas con mayor número de casos, presencia de población de más riesgo, zonas con hacinamiento y/o presencia de viviendas comunitarias y zonas de acceso limitado a servicios básicos”. El documento destaca también que los criterios para la inclusión de personas en el testeo son:
- Personas que no hayan sido notificadas por COVID-19 y que cumpla con la definición de caso vigente o bien población en situación de vulnerabilidad social, según evaluación territorial
- Personas que residan o habiten en instituciones de larga estadía: centros penitenciarios, centros de larga estadía para adultos mayores, residencias SENAME, entre otros, según evaluación territorial.
Sin embargo, Cavada afirma que “nunca, en términos generales se ha logrado que en promedio una persona que es detectada positiva te reporte más allá de 2,5 contactos. Esa cifra, más menos, se ha mantenido constante en el tiempo. Cuando esa cifra la cruzas con que, en promedio en un hogar chileno, de acuerdo con el último CENSO 2017, viven cinco personas, eso te está diciendo que una persona cualquiera te da solamente la mitad de los contactos que viven en su casa”.
Ante las críticas al programa de trazabilidad desde varios expertos, el pasado 8 de abril la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, sostuvo en el balance diario de Covid-19 que se están "intensificando esfuerzos. Debemos aumentar permanentemente recursos humanos y tecnología. También conversamos con el Colmed en la Mesa Social y hemos recogido sus sugerencias".
Además, el jueves pasado Daza explicó que se está fortaleciendo la estrategia de Trazabilidad, Testeo y Análisis implementando en la Búsqueda Activa los test de antígenos, el cual es un examen similar al PCR que logra detectar el virus en pacientes con síntomas rápidamente.
Pero, el epidemiólogo Cavada insiste en que el bajo desempeño de la estrategia de trazabilidad no solo se debe a la implementación de la Búsqueda Activa. “Fundamentalmente hay que recordar que la epidemia se ha hecho mucho más cruenta y masiva en los lugares y comunas donde la gente es más carenciada. Este es el concepto que puso la OMS como sindemia: una epidemia que está gobernada por factores socioeconómicos y demográficos”, explica.
“Si miras cifras anexas a Puente Alto te das cuenta de que la cantidad de empleo informal que tiene es gigantesco. Sin ánimos de estigmatizar, pero esto es un hecho de la causa, si por Búsqueda Activa de Casos pillamos un positivo en una de estas comunas y le pregunto por sus contactos estrechos, esa persona, probablemente, la piense en lo que te va a contestar, porque si reporta a todo su entorno de hogar, por ejemplo, puede estar sacando la cuenta de que este queda sin sustento económico”.
R Efectivo
La presidenta del Colegio Médico de Santiago, Francisca Crispi, afirma que otro indicador esencial para evaluar la dinámica de contagio es el R Efectivo. Este indicador es utilizado para medir la rapidez con que se está propagando la pandemia. Es el número promedio de personas que pueden ser contagiadas por una persona que ya tiene el virus en su organismo.
Con un R Efectivo mayor a 1 quiere decir que la epidemia está en expansión y si es menor se habla de un control de la epidemia. Sin embargo, cuando el R Efectivo vale exactamente 1, esto quiere decir que los casos de una semana a otra se han mantenido similares lo que podría significar dos cosas: que llegamos al tope epidémico o que una vez que baja la curva epidemiológica entramos en una endemia, es decir, la cantidad de casos se mantiene constante y, por ende, hay un mayor control.
Proyección para elecciones
En cuanto a la posibilidad de reducir la ola de contagios que obligó a reagendar las elecciones para mediados de mayo, la doctora Crispi enfatiza que desde el Colegio Médico plantearon hacer las elecciones después del invierno, donde la circulación del virus disminuye. Sin embargo, explica que “si el Gobierno quiso tomar la medida de ponerlo en mayo tenía que hacer todos los esfuerzos para disminuir la movilidad a cero y lograr esa baja. Sin embargo, vemos que ha fallado muchas de esas medidas. Si bien creo han ido en la dirección correcta, de todas formas, hemos visto ejemplos como Semana Santa donde habían tacos kilométricos saliendo de Santiago y los aeropuertos colapsados cuando se liberan las barreras, por lo que con todas estas fallas va a ser imposible el control de reloj que necesitamos para mejorar el escenario sustantivamente”.
En la misma línea, Cavada afirma que los datos corroboran que “no ha servido de nada la cuarentena”. Así mismo, cree que “en realidad la baja que vamos a ver de la epidemia más bien se debe a la dinámica epidémica – que consta en que la curva sube, llega a un peak y luego vuelve a bajar – y la contribución que puedan hacer las vacunas. Y confiemos que a comienzo de mayo tengamos un descenso importante de casos que permita avanzar a buena parte del país a fase dos o tres, para instalar de alguna forma la seguridad de ir a votar, sino el acto eleccionario va a ser un fracaso sin participación”.
Durante el balance diario del pasado 22 de abril el ministro de salud, Enrique Paris, enfatizó en que el escenario que se dan estas elecciones es distinto al del Plebiscito de octubre del año pasado dado que para “mayo calculamos vamos a tener vacunados, por lo menos, al 60% de la población con una dosis y más del 40% con dos dosis”.
Se están haciendo “todos los esfuerzos posibles para que las elecciones se mantengan en las fechas fijadas”, indicó.