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Robos entre tumbas: Los delitos patrimoniales que afectan al Cementerio General de Santiago

El casco histórico del camposanto no registraba procedimientos de la PDI por robo flagrante desde 2015. Este mes sujetos robaron crucifijos, figuras religiosas y manillas de puertas.

Francesca Cassinelli

Miércoles 31 de diciembre de 1969

Caminaron entre las tumbas, observaron los mausoleos y aprovecharon momentos de soledad para tomar figuras, manillas de puertas e incluso crucifijos.

Este junio la Policía de Investigaciones desbarató dos robos en el casco histórico en el Cementerio General de Santiago, zona protegida y en cuyo interior hay objetos y edificaciones de carácter patrimonial.

Los responsables del primer delito sacaron del lugar 13 manillas y una reproducción del rostro de Cristo con un crucifijo. Los del segundo hurto tomaron dos crucifijos y 22 manillas.

Todos los objetos eran de bronce y probablemente se venderían por kilo en el mercado informal.

 

Delinquiendo entre las tumbas

"(Los robos en el cementerio) son una situación de larga data, se podría remontar a la era de los ochentas", explica el subcomisario Edgardo Rodríguez, de la Brigada de Delitos Medioambientales (Bidema) de la PDI, división que se encarga de estos daños y quien sustenta los robos en el interés por el valor arquitectónico, patrimonial y artístico de los mausoleos que hay en el terreno.

 

Hasta 2014 los robos en el Cementerio General de Santiago eran frecuentes, pero tras una seguidilla de delitos se perfeccionaron las medidas de seguridad: se aumentó la dotación de guardias, se cambiaron turnos y se impidió el ingreso de vehículos al casco histórico.

"Del 2015 a la fecha fueron casos muy esporádicos, sin embargo en este último mes ya hemos tenido conocimiento de dos situaciones en que personas van a sustraer los metales para venderlos por kilo", indica el subcomisario Rodríguez.

Se trata de personas que aprovechan las horas con menos gente y toman manijas, metales, puertas y figuras cuando sienten que nadie los ve. Luego estos se venden en el mercado informal.

"No hay bandas especializadas, son robos ocasionales. No es que vayan a visitar un deudo y digan 'voy a robar esta manilla', sino que van efectivamente a hacer este ilícito", explica Rodríguez.

Los sujetos detrás de los robos de este mes actuaron durante la tarde y fueron detenidos gracias a un trabajo de coordinación entre los trabajadores del cementerio y la PDI. Los guardias de seguridad del cementerio pasan en bicicleta u otro vehículo vigilando y avisando a las autoridades cuando ven conductas delictuales.

Respecto a los robos de este mes, desde la PDI indican que es complejo identificar las áreas que fueron saqueadas. "Por lo general como estas personas van (robando) de una calle a otra, de un patio a otro y los diseños de época son seriados y todos iguales es muy difícil definir si una manilla pertenece a tal o cual tumba".

Sí se han descrito robos a la tumba de José Manuel Balmaceda o de Manuel Rodríguez en el pasado. Es el caso de muchos hurtos que afectan tanto el valor del objeto como su importancia patrimonial o artística.

"Por ejemplo, el mausoleo de la empresa Anaconda Cooper tenía una puerta hecha de cobre que medía dos metros por cuatro y esa fue robada. Hoy ese mausoleo está tapiado con unas planchas de madera prensada. Ahí hubo una pérdida porque aparte del valor del metal había un valor artístico en la confección", describe el subcomisario Rodríguez.

Foto: PDI.