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Alexis cumple promesa y sigue senda de Salas en Wembley

Chile lució fútbol de alto vuelo y se impuso gracias a un gran cabezazo del ariete y un picotón mortal. Igual que con el "Matador", ahora en Inglaterra tienen pesadillas con el tocopillano.

Fernando Jimenez

Viernes 15 de noviembre de 2013

Sampaoli lo dijo claro: "Ante Inglaterra empieza el Mundialpara Chile". Y así no más fue. La Roja mostró a ratos un nivel envidiable ysuperó en tenencia de pelota y despliegue a un desorbitado cuadro inglés.

En el encuentro marcado por el homenaje previo a MarceloSalas y la condecoración oficial a Frank Lampard por sus 100 partidos con laadulta, los nacionales salieron decididos a imponer sus términos basados envértigo y dominio del balón.

Tras un comienzo marcado por las punzadas inglesas, AlexisSánchez se entrometió entre los espigados Cahill y Jones para decretar el 1-0con un soberbio cabezazo que dejó sin opción a Forster.

Chile se adueñó de la pelota y el fútbol de Sampaoli comenzóa brillar. Los locales no agarraban una y Marcelo Díaz con Charles Aránguizcomandaban la ofensiva nacional que mostró buen despliegue tanto en loslaterales como movilidad ofensiva.

Los ingleses, fieles a su estilo, intentaban con fuerzamediante remates de media distancia –del propio Lampard- o balones detenidos.Sin embargo, el capitán Claudio Bravo estuvo atento para alejar el peligro. Esosí, el trajín del primer tiempo trajo un lesionado: Aránguiz se tiró en elterreno y fue reemplazado por Carmona en la segunda mitad.

Para ese lapso, Sampaoli también metió mano a la banca yoptó por Felipe Gutiérrez en lugar de un opaco Matías Fernández, que si bien nodestiñó estuvo lejos de aprovechar su chance para sumar bonos en la conducciónnacional, la cual sigue recayendo de manera ideal en Valdivia.

Los dirigidos por el argentino salieron decididos a manejar el balón y fue en estos pasajes donde lucieron su mejor repertorio. Amparados en la categórica solvencia de Medel y González en la defensa, el mediocampo se dedicó a administrar la pelota frente a los intentos locales.

Pero los ingleses también reaccionaron. Con la entrada de Townsend y Defou, los locales fueron arrinconando a los nacionales que respondieron con el ingreso de Gonzalo Jara por Mauricio Isla. Lo mismo haría Carlos Muñoz en lugar de Eduardo Vargas y José Pedro Fuenzalida por Jean Beausejour.

Los locales se volcaron con todo y en una contra, Fuenzalida encontró el espació y habilitó al del Barcelona que se fue en soledad en demanda del pórtico de Forster. Lejos de asustarse, el chileno realizó un soberbio "picotón" por sobre el golero y definió el partido.

Con los hinchas chilenos viviendo una fiesta en las tribunas, el juez de encuentro dio el pitazo final y con eso la alegría para los nacionales.

De esta forma la Roja estira su invicto en la capital inglesa sumados al empate obtenido en 1989, gran actuación de Roberto Rojas, y a 1998, donde los de Nelson Acosta se lucieron en el triunfo por 2-0 con dos goles de Marcelo Salas.