Es un clásico y se jugó como tal. Con el eterno fantasma del mítico "Maracanazo", Brasil y Uruguay saltaron a la cancha del Mineirao de Belo Horizonte para conseguir un boleto en la final de la cada vez más creciente Copa Confederaciones.
Y tras un partido de trámite áspero marcado por el buen arbitraje del chileno Enrique Osses, el penal fallado por Diego Forlán, y la anotación sobre la hora de Paulinho, otras "perlas" fueron posibles de rescatar.
EL "BESO" DE NEYMAR
Corría e segundo tiempo y Brasil no encontraba las respuestas para batir la resistencia de Fernando Muslera. El crack Neymar no aparecía en su máxima magnitud y sucumbía una y otra vez ante la fiereza de la línea de cuatro charrúa. Caldeado por las declaraciones de de Diego Lugano, sobre que "ojalá Neymar no simule", el ambiente en la cancha con el flamante refuerzo del Barcelona no era el mejor.
Y así se lo hizo saber Álvaro González. Tras abandonar el terreno de juego el volante uruguayo insultó a la estrella local y se enfrascaron en una breve discusión al momento de un córner. Lo más curioso fue que la reacción de Neymar Junior no se dejó esperar. Besos y gestos para "despedir" al saliente oriental.
LUGANO ORGULLOSO
El capitán del elenco de Óscar Washington Tabárez, Diego Lugano, también se retiró satisfecho del estadio y convencido de que "Brasil no es mucho más que Uruguay" en este momento.
"Por un lado la tristeza de perder un clásico y una linda oportunidad de hacer historia, pero se jugó de igual a igual ante un gran equipo", indicó el defensor a quien David Luiz le cometió el penal que terminó atajándole Julio César a Diego Forlán.
