A ellos también les duele. Un aficionado mexicano tomó la decisión de tatuarse la "fatídica" jugada del 29 de junio en la que el holandés Robben se deja caer ante el cruce de Rafael Márquez transformándose en el penal que marcaría la eliminación de México.
Inmediatamente el dolor se adueñó de los fanáticos y los medios deportivos aztecas convencidos de que esa jugada no fue penal y que Arjen Robben actuó de manera antideportiva. Algunos medios, de ese país, pidieron de que la FIFA sancione de oficio al holandés.
El tatuaje trae al recuerdo lo hecho por Mauricio Pinilla, con la jugada que estrelló el balón en el capo de Julio César.
Mira acá el tatuaje: