Alemania y Grecia se veían las caras en cuartos de final de la Eurocopa. Los alemanes llegaban como amplios favoritos para quedarse con la llave. Y es que los dirigidos por Joachim Löw habían ganado los tres partidos de la fase de grupos. Portugal, Holanda y Dinamarca fueron superados por los germanos.
Los griegos llegaban con la ‘chapa’ de ser un equipo complicado. Su fútbol extremadamente defensivo y su efectividad al contragolpe lo hacía un equipo de temer. En la primera ronda eliminaron a Rusia, ante todo pronóstico. Para el duelo perdían a su capitán Giogios Karagounis, por acumulación de tarjetas.
En la cancha el partido fue un monólogo. Los alemanes salieron con todo al ataque y los helénicos resistieron hasta los 38’ cuando Philipp Lahm conectó un violento remate cruzado con pie derecho que se clavó en el ángulo más alejado del portero Michalis Sifakis.
En la segunda mitad, los griegos sorprendieron con un gran contragolpe a los 55’. Georgio Samaras conectó un centro rasante que cruzó el área rival.
De ahí en más, la fiesta se comenzó a desatar. A los 61’ Sami Khedira anotó con un potente disparo desde el centro del área. El tres a uno llegó luego que Miroslav Kose apuntara un golpe de cabeza tras pase de Mesut Özil a los 68’.
El cuarto gol fue obra de Marco Reus a los 74’. El volante fusiló al portero griego que ya no hacía más que ir a buscar el balón a las redes. El descuento final llegó a los 88' desde los doce pasos en los pies de Dimitris Salpingidis.
Resultado final cuatro a dos que dejó a los alemanes entre los cuatro mejores de Europa. Ahora esperan rival entre el ganador de la llave entre Italia e Inglaterra.
