Una de las imágenes más llamativas del encuentro que protagonizaron Alemania y Holanda (2-2), fue el momento en que el zaguero holandés Virgil van Dijk se acerca al árbitro para consolarlo.
¿Qué había pasado? El árbitro rumano Ovidiu Hategan se había enterado de la muerte de su madre durante el entretiempo del partido y que pese a la noticia, decidió continuar dirigiendo.
"Estaba llorando porque su madre acaba de morir", explicó Van Dijk, detallando que "le di mi apoyo y le dije que había arbitrado bien. No fue gran cosa, pero espero que le haya ayudado".
La Federación de Alemania, enterada de la triste noticia, ayudó para que el árbitro del encuentro pudiera volver a su casa lo antes posible.