Benjamin Lecomte tuvo una jornada "de terror" el pasado miércoles en el partido entre su equipo, el Lorient, contra Evian en las semifinales de la Copa de Francia.
Y no sólo porque su escuadra cayó 4-0 y perdió la posibilidad de llegar a la final del certamen, sino porque, involuntariamente, "enseñó" cómo regalarle un gol a un rival.
Corría el minuto 32 y su equipo ya perdía 2-0, cuando en un inocente rebote intentó capturar el balón, pero éste inexplicablemente se le escapó de las manos y se escurrió entre sus piernas.
La situación fue aprovechada por Kévin Bérigaud, quien puso tempranamente el 3-0 en el marcador el cual, gracias a actuaciones como las de Lecomte, se hizo imposible de remontar para el Lorient.