El partido estaba 0-0 y las emociones habían sido suprimidas durante los 90 minutos, pero un partido nunca se termina hasta que el árbitro dice lo contrario.
En la última jugada del partido, el arquero Bartosz Solinski del Rozwoj Katowice de la tercera división de la liga polaca pasó al estrellato después evitar la caída de su arco con tres espectaculares atajadas en sólo siete segundos.