Era de no creer cuando el viernes pasado el Barcelona perdía por 4-0 en el partido de ida por la Supercopa de España ante el Athletic de Bilbao. Por eso, todos estaban expectantes para la revancha y si es que el cuadro culé sería capaz de lograr la hazaña de remontar un marcador tan abultado.
Los dirigidos por Luis Enrique, ahora con Claudio Bravo en el arco en desmedro de Marc-André Ter Stegen, saltaron con todo a la cancha del Camp Nou para intentar revertir lo ocurrido en la ida. Sin embargo, se encontraron con un rival muy bien parado, que repelió los ataques y que anuló a sus estrellas.
El partido se hizo trabado y con pocas ocasiones de peligro. Pese a que el Barcelona tenía más la pelota, no lograba penetrar la sólida defensa de "Los Leones". Eso hasta el minuto 44 cuando tras un pase de pecho de Luis Suárez en el área chica, Lionel Messi logró mandar el balón a la red.
Sin embargo, el Athletic no se desmoronó y en el complemento se mostró tan sólido como en el comienzo y anuló al rival.
Todo se complicaría para el Barça a los 56' cuando Gerard Piqué vio la roja directa por increpar al juez de línea, lo que el árbitro intentaría de equilibrar a los 85' expulsando a Kike Sola tras un pisotón a Javier Mascherano.
Tras quedar con diez hombres, el Barcelona se vio sobrepasado por su rival, lo que aprovecharía Aduriz a los 74'. Un error defensivo de los culé dejó a Aduriz solo ante Bravo, quien despejó el primer intento pero sucumbió en el segundo remate. 1-1 final y la copa esta vez se fue a Bilbao.