El planeta fútbol estaba expectante por el regreso de Lionel Messi y cumplió con dos espectaculares goles.
Y es que el duelo de ida por los octavos de final de la Copa del Rey entre el Fútbol Club Barcelona y el Getafe pasó a segundo plano, dado que todos los dardos apuntaban al argentino.
Corría el minuto 68 cuando Gerardo Martino llamó a la "Pulga". El artillero lo escuchó concentradamente mientras en la cancha Pedro Rodríguez era derribado en el área. La ovación caía desde todo el estadio e incluso algunos querían que el trasandino le diera desde los doce pasos.
El juez del partido, eso sí, no dio la autorización para realizar la modificación y Cesc Fábregas cambió por gol el lanzamiento. Tras cartón ingresó Messi por Andrés Iniesta.
En la primera parte a los ocho minutos abrió el marcador Cesc situación que le permitió a los azulgranas manejar los tiempos del partido. Alexis se veía muy movedizo, pues sabía que en el banquillo estaba el mejor jugador del mundo. El chileno estuvo 75 minutos y fue reemplazado por Cristián Tello.
En la segunda mitad los desbordes de Pedro complicaron a la zaga rival, hasta que ingresó Messi y demostró que está para volver a realizar cosas importantes. El rosarino se vio con muchas ganas, buen desplazamiento de balón y con la potencia característica que lo hacen brillar con el balón en los pies.
El argentino culminó el partido con una espectacular jugada que cerró con un violento remate que se clavó en las redes. Con este resultado los culés quedaron con la primera chance para avanzar en el certamen.