La italiana no es una selección repleta de grandes nombres, pero sí parece dispuesta a crear grandes titulares.
Los generó en su debut en la Eurocopa, con su apuesta ofensiva y de toque que sorprendió a la campeona España, con la que empató 1-1.
Pero pasan los días y, como era de esperar, sus jugadores empiezan a aparecer en la prensa menos por sus dotes deportivas que por su tradicional incontinencia verbal, asegurada por la presencia, entre otros, de los controvertidos Antonio Cassano y Mario Balotelli.
Precisamente fue Cassano el autor de una salida de tono que, seguro, no sentará nada bien en la FIFA, que organiza el torneo europeo en Polonia y Ucrania y está haciendo todo lo posible por enviar un mensaje en contra del racismo, la discriminación y la violencia. Una apuesta que podría terminar en rotundo fracaso cuando no se lleva ni una semana del torneo, en el que hemos visto ya acusaciones de desprecio a jugadores de color, enfrentamientos en las calles y, ahora, declaraciones que serán como echar gasolina en una hoguera.
El excéntrico delantero del AC Milan aseguró en rueda de prensa que "espero que no haya homosexuales en el equipo. Si los hay, problema de ellos". Fue la poco diplomática respuesta del ex jugador del Real Madrid y la Sampdoria al ser preguntado por las palabras del presentador televisivo italiano Alessandro Cecchi Paone, quien aseguró en una entrevista que hay dos homosexuales y un bisexual en el plantel, y que había tenido relaciones sexuales con dos futbolistas italianos.
Las palabras del delantero 'azzurro' fueron encuadradas como una 'cassanata' más, el término con que se conocen en Italia sus frecuentes salidas de tono.
La polémica estalló al minuto y desde su país llegaron todo tipo de críticas. Franco Grillini, político y activista por los derechos de los homosexuales aseguró que "el fútbol es un depósito de seximos y machismo vulgar que lleva a la homofobia. Ahora Cassano debería al menos disculparse y su entrenador mandarlo de regreso a casa".
La reacción no se hizo esperar y, en un comunicado oficial de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), Cassano afirmó horas después que "lamento sinceramente que mis declaraciones hayan desatado controversia y protestas en la comunidad gay: la homofobia es un sentimiento que no está en mí. No quise ofender a nadie y de ninguna manera abrir un debate sobre la libertad sexual de las personas".
Probablemente, la petición de disculpas se gestó rápidamente por la presión del DT italiano, Cesare Prandelli, quien en abril escribió en el prólogo de "El campeón enamorado" -un libro sobre la homosexualidad en el mundo de los deportistas- que "la homofobia es racismo. En el fútbol y en el deporte aún existe un tabú sobre la homosexualidad, cuando la gente debería vivir libre de acuerdo a sus propios deseos y sentimientos".