Formales, pensativos y bien vestidos, es improbable que los entrenadores Vicente del Bosque o Cesare Prandelli ofrezcan muecas histriónicas el domingo, cuando España e Italia jueguen la final de la Eurocopa de fútbol.
Para Del Bosque, la final de Kiev es otro capítulo en el dominio español desde que la "Roja" ganó la Eurocopa de 2008, para convertirse en campeona del mundo dos años después en Sudáfrica.
Para Prandelli, otro encuentro con el campeón defensor tres semanas después del empate 1-1 por la fase de grupos, es una recompensa por el impresionante trabajo de reconstrucción que se le encargó tras el vergonzoso fiasco de Italia en el Mundial 2010.
España y Del Bosque han cambiado poco en los años que el entrenador lleva en el cargo. El técnico de 61 años, natural de Salamanca, ejerce la misma discreta autoridad que la primera vez que se puso la chaqueta de la "Roja", y su bigote plateado sigue igual de imponente.
El hombre que estuvo al timón de la era de los "galácticos" en el Real Madrid, donde ganó dos títulos de Liga de Campeones y logró manejar los egos de Zinedine Zidane, Luis Figo y el delantero brasileño Ronaldo, ha tenido pocos problemas para ganarse el respeto de los jugadores.
Tampoco ha menguado su compromiso con el inmisericorde y efectivo juego de pases y movimiento que ofrece España.
"Todo lo que quiero es que mostremos el estilo de fútbol que tanto nos apasiona e intentemos hacer historia ganando", dijo tras la victoria por penales en semifinales ante Portugal.
"Ya hemos conseguido algo para que todo el mundo esté orgulloso, más aún si hacemos historia en la final", agregó.
DEL BOSQUE, INDECISO
Si bien España no parece extrañar la presencia del defensor Carles Puyol, baja por una lesión, Del Bosque aún no ha decidido la mejor forma de alinear a sus delanteros sin el goleador récord David Villa.
Si Villa hubiera estado en forma y no aquejado por una fractura que no logró curar a tiempo, no hay duda de que Del Bosque hubiera elegido de forma automática a un 9 reconocido.
Tal como están las cosas, ha alternado entre un medio campo de seis hombres sin delantero, como hizo el 10 de junio ante Italia en Gdansk, o empezar con Fernando Torres, o, inesperadamente, Alvaro Negredo, que no logró un gran éxito y finalmente fue al banquillo en el partido con Portugal.
Su falta de fe en Torres está clara, y el delantero del Chelsea sólo ha sido titular en dos de los cinco partidos.
Por su parte, el seleccionador italiano no tendrá esos dilemas de elección, después de la excelente actuación de los delanteros Antonio Cassano y Mario Balotelli, que marcó los dos tantos de Italia en su semifinal sobre Alemania el jueves.
Prandelli, de 54 años y que ha sido nombrado dos veces entrenador italiano del año, ha convertido a Italia en una fuerza a tener en cuenta, después de su demoledora eliminación en la fase de grupos del Mundial 2010, cuando empató ante Paraguay y Nueva Zelanda antes de perder ante Eslovaquia.
Cuando se le nombró, apenas semanas después del regreso de los jugadores desde Sudáfrica, al técnico se le encargó la tarea de "reformar toda la estructura de los equipos nacionales", y aún no ha perdido un partido de competición.
Las estadísticas ofrecen una visión desconcertante. No hay duda de que la Italia de Prandelli tiene una actitud más aventurera que los 'azzurri' de antaño, aunque su defensa sigue siendo tan sólida como siempre.
Italia pasó por la fase de clasificación de la Eurocopa sin perder, ganando 8 de los 10 partidos y marcando 10 goles, pero también con el mejor historial defensivo de los nueve grupos, con sólo dos goles recibidos.
Aunque la preparación del torneo fue algo deslucida, con tres derrotas consecutivas en amistosos y un escándalo de amaño de partidos en casa, Italia ha mostrado orgullo y pasión en abundancia en la Eurocopa.
Prandelli debe buscar ahora una forma de impedir que España igual el récord alemán de tres títulos europeos.
El hecho de que España se haya enfrentado siete veces a Italia en grandes torneos y nunca haya logrado una victoria en el tiempo reglamentario les da a él, y a su impresionante equipo, la posibilidad de soñar.
Fuente:Reuters