Se jugaban los descuentos y el Qarabag iba con todo en busca del gol que le diera el triunfo ante el Inter de Milán de Gary Medel y así conseguir un logro histórico para Azerbaiyán, clasificando a los dieciseisavos de final en la Europa League.
Y cuando se disputaba el minuto 93, el milagro se hacía realidad, ya que Richard Almeida anotaba, tras una serie de rebotes, el 1-0 que metía al equipo a la próxima fase, haciendo explotar el estadio local.
Cuando todo el mundo ya festejaba la hazaña para el fútbol local, lo inesperado ocurrió: el juez de la brega, el checo Miroslav Zelinka, anuló inexplicablemente el tanto varios segundos después de haber sido convertido.
Aparentemente cobró una posición de adelanto que no existió y, de inmediato, dio por finalizado el encuentro, ante las airadas protestas de los jugadores del Qarabag que no podían creer cómo se les escapaba una clasificación inédita para su país.
El beneficiado finalmente fue el Dnipro de Ucrania, equipo que se quedó con el segundo puesto del Grupo F con siete unidades, una más que el apenado Qarabag.