El encuentro que enfrentará este sábado a España y Francia en cuartos de final de la Eurocopa se está calentando por minutos. Pero de una manera inusitada, más allá de la normal rivalidad de dos países vecinos. No en vano, uno de los detonantes de este tenso ambiente previo son unos guiñoles de la televisión francesa, que ahora encontraron su respuesta al otro lado de los Pirineos.
"Queridos franceses, el sábado iremos los de CARNE Y HUESO. Sed puntuales. Saludos, Iker Casillas". Es la ficticia carta que -en un logrado montaje fotográfico- escribe el arquero hispano a sus rivales galos y que inundó las redes sociales.
La misiva sería la respuesta a una larga serie de gags emitida por el Canal + francés con los deportistas españoles como protagonistas, retratados siempre como adictos al dóping para lograr sus espectaculares resultados deportivos.
Los objetivos habituales de las burlas francesas suelen ser el tenista Rafael Nadal y el ciclista Alberto Contador, ambos multicampeones en sus disciplinas. Pero esta semana se unieron Casillas y el baloncestista de Los Angeles Lakers Pau Gasol, haciendo una parodia de "Los Vengadores" que no cayó nada bien en España.
Desde territorio hispano se argumenta que se trata de una campaña envidiosa para denostar el auge deportivo español de la última década frente al evidente declive galo. Por si fuera poco, el territorio francés se ha convertido en lugar propicio para los triunfos continuos españoles: desde Roland Garros al Tour de Francia, pasando por las motos en Le Mans. Desde hace años, el himno español suena de forma habitual en París, algo que irrita profundamente a los franceses, incapaces de generar campeones desde hace décadas, excepción hecha de la exitosa selección de fútbol de Zidane y compañía y algún episodio aislado y minoritario como el balonmano.
Precisamente, el fútbol es uno de los pocos lugares en los que aún reinan con claridad los galos, con seis victorias y un empate en siete enfrentamientos oficiales. Como dijo el guiñol de Íker, el sábado se verán en carne y hueso en Donetsk (Ucrania) para dirimir más de una cuenta pendiente.