"Lo extraño", reconoció Guillermo Coppola. el hombre que más conocía a Diego Maradona, en una entrevista exclusiva con Pedro Carcuro, donde también habló sobre la muerte, los líos con la droga y las interminables peleas por la herencia que no permiten descansar al 10.
El invitado estrella del lanzamiento del libro "Diego Eterno" e histórico representante del astro argentino también hizo un análisis de su actuar mientras el ex futbolista se encontraba complicado de salud y alejado de la prensa, indicando que "siento que me faltaron pelotas para ir y romper una puerta, traspasar esa frontera que parecía inexpugnable (...) no lo hice".
Además, señaló que ante la necesidad de Maradona, siempre estuvo dispuesto a llamarlo, sin embargo las llamadas no entraban o los números estaban fuera de servicio, "los cambiaban o ponían el celular en modo avión", agregó.
El íntimo amigo de Diego fue consultado por la idea de haber hecho algo más para cambiar las cosas y puntualizó que "sería señalar de lejos, castigar y abrir un juicio que la justicia decidirá, porque hay una causa en curso donde hay gente imputada (...) yo no quiero pensar, porque es gente que yo conocí".
El mejor y peor Diego
En cuando a lo profesional, Coppola indicó que el mejor Diego que conoció fue el de la época del Napoli de Italia, mientras que el peor fue el de Punta del Este, cerca del año 2000.
"Diego no estaba acá, yo lo encuentro, para mí, muerto, mucho peor de lo que cuentan", contó el hombre, haciendo referencia al tiempo donde Maradona incrementó el consumo de sustancias.
Bajo este contexto, Coppola fue consultado por las constantes acusaciones que lo sindican como el intermediario de la relación del astro con las drogas, tras lo cual aclaró que "los que me señalan lo hacen sin conocimiento. Su familia me permitió, el día que lo despedimos, llevar la primera manija de su cajón y yo creo que eso encierra un poco la respuesta".
A lo anterior añadió que conoció a Maradona en el año 1985, dos años después de que comenzara su adicción mientras estaba en Barcelona
En cuanto a la prolongación de la lucha despiadada por la herencia dijo que sentía "vergüenza", "no entiendo la lucha por dinero", concluyó.