Por la 23° fecha de la Bundesliga, el Münich con Vidal en la banca, se enfrentaba al Wolfsburgo.
Pese a los 29 puntos que los separaban, el puntero del certamen vivió una difícil visita ante el octavo. Le costó imponerse por 2-0, en una victoria propiciada por las individualidades ofensivas del cuadro “bávaro”
En el primer tiempo, el Bayern logró desplegar su tradicional juego colectivo veloz, pero no fue arrollador. Los dirigidos por Guardiola tuvieron mayor posesión, sin conseguir llegadas de peligro. Intentaron explotar las bandas, encontrándose con un rival muy disciplinado en defensa.
El local se creó oportunidades para inquietar a Manuel Neuer. No manejaban el encuentro y aun así se las ingeniaban para rematar desde media distancia o provocar el mano a mano entre el meta y los delanteros. En dos ocasiones, la estrella del pórtico del Münich se vio obligada a oficiarlas de zaguero, respondiendo con solidez.
Se fueron en cero al vestuario, con un Bayern intenso, pero que fue apaciguado por la concentración en la marca del Wolfsburgo.
El local no le daba muchas oportunidades al puntero, que intentaba a toda costa imponer la presión ofensiva. Claro que al ingresar, Frank Riberý fue el cabecilla de una ofensiva certera de los dirigidos por Pep Guardiola.
No lograron adelantarse mediante el juego colectivo, pero sí lo hicieron a través de una jugada aislada. A los 67’, Coman aprovechó un rebote en el área tras remate desviado de Lewandoski y “de primera” apuró el balón para enviarlo al fondo de la red.
Solo unos minutos más tarde (73’), el ariete polaco continuaría estirando su récord goleador en la liga. Centro de Coman, pivoteo de Riberý y exquisita definición con borde externo de Lewandowski. Una víctima más para el “killer” del Münich.
El encuentro finalizó 2-0 en favor del cuadro de Arturo Vidal, volante nacional quien no ingresó.
Con la victoria, Bayern Münich suma 62 puntos y parece imparable para nuevo título de Bundesliga.
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