El duelo del Liverpool y Bordeaux por la Europa League estaba igualado sin tantos, cuando en el minuto 30 la pelota quedó en manos del portero Simon Mignolet.
El arquero belga del cuadro inglés dudó mucho en mandársela a sus compañeros, a tal punto que retuvo el balón por nada menos que 22 segundos.
Increíblemente, el árbitro del partido no sancionó el tiro libre hasta que llegaron los airados reclamos del equipo francés, considerando que la FIFA determina en sus reglas que el máximo de tiempo es de solo seis segundos, es decir, menos de un tercio de lo hecho por Mignolet.
Como si esto fuera poco, Bordeaux aprovechó el tiro libre indirecto dentro del área y anotó el 1-0 parcial con un zapatazo de Henri Saivet.
Para fortuna de Mignolet, Liverpool logró dar vuelta el marcador, se llevó el triunfo por 2-1 y clasificó así a la próxima ronda del torneo.