Los jugadores de fútbol -en este caso futsal- no solo deben tener talento y estado físico para disputar seriamente este deporte, sino también autocontrol y paciencia en momentos difíciles.
Está claro que esta última cualidad no es parte de este jugador ruso, quien perdió los estribos al recibir una tarjeta roja en un partido por la máxima liga de futsal de su país.
En el duelo entre el FC Virage y el FC Kurgam, este valor ingresó al campo de juego proveniente desde la banca y, tras una falta recibida al costado de la cancha, no pudo con su genio.
Ante el cobro, primero le lanzó la pelota casi en la cara al árbitro, quien, correctamente, lo fue a expulsar de inmediato, aunque ahí llegó lo peor.
Inesperadamente, le propinó un feroz golpe en el rostro, botándolo al suelo, para luego, consciente de sus actos, retirarse de la cancha, aunque no sin antes dedicarle los respectivos improperios al juez.