En el fútbol la historia siempre se escribe de a dos, por acción comprometida en el juego o por lo contrario. Pero eso, aunque parezca muy obvio, a muchos se les olvida. El jueves en la noche vimos el mejor partido de Boca Juniors en años y justo le tocó enfrentarlo a la 'U'. Creo que en esta semifinal el equipo azul -que anoche vistió de blanco- se enfrentó por primera vez a un equipo que le quitó la pelota y se mostró superior futbolísticamente en todas sus líneas. Por eso quisiera centrar el análisis en esa superioridad más que en lo poco que mostró la 'U'.
Hace por lo menos tres años -y al menos cinco DTs mediante- que los 'Xeneizes' no tenían un despliegue de fútbol tan contundente y ordenado, anulando las intenciones de Universidad de Chile, partiendo por el dominio y tenencia de balón, que es la base del fútbol del equipo de Sampaoli. En ese sentido, la fiereza y atenta seguridad de la línea de cuatro en el fondo, con Roncaglia, Insaurralde, Schiavi y Sánchez Miño, ganó todo en el área a ras de pasto y por arriba, no mostró flancos débiles ni dejó espacios haciendo desaparecer casi por completo la presencia de Lorenzetti, Henríquez y Fernandes, que se mostraron ansiosos, traicionados por su apuro de anotar y su nerviosismo.
Medalla al honor para Juan Sánchez Miño que recién hace seis meses subió al primer equipo desde las inferiores de Boca y que ayer tuvo la enorme responsabilidad de reemplazar a Clemente Rodríguez, el lateral izquierdo que regresó lesionado de sus partidos con la selección argentina. No sólo cumplió exitosamente con la misión de suplir a un "rottweiler" (para no decir "pitbull") como Clemente, sino que además tuvo la osadía de subir, recorrer toda la banda izquierda para llegar con un oportunismo que puede ser histórico al final de esta copa, anotando el segundo gol de su equipo.
En el mediocampo, el inmenso trabajo de hombres como Somoza y Ervitti, que recuperan el balón y además suben al ataque, sumado a la inteligencia superior del mejor 10 que podemos ver hoy jugar en el continente, Juan Román Riquelme, hicieron de Boca un patrón de hacienda, achicando constantemente el terreno de acción a Matías Rodríguez, Charles Aránguiz, Marcelo Diaz y Eugenio Mena, y adelantándose todo el tiempo a su posición, como base del dominio de balón mostrado por los locales.
Finalmente, en delantera, Pablo Mouche volvió locos con sus desbordes a los defensas de la 'U', sobrepasándolos en velocidad y posición junto a Santiago Silva, esa fiera que no se puede dejar suelta y que como autor del primer gol, dejó en evidencia -una vez más- el bajo nivel de Osvaldo González, quien viene mostrando falta de aplicación en su puesto particularmente desde el partido frente a Libertad de Paraguay en Asunción.
Aunque muchos de los que lean esto se enojen y arriesgo de recibir insultos, veo difícil que la 'U' pueda hacerle a este Boca Juniors tres goles limpios sin recibir nada a cambio. Basta que Boca marque sólo un gol, para que la 'U' deba multiplicar por cuatro su necesidad de marcar y así acceder a una final. Quizás con algún autogol, expulsados o penales a favor, la 'U' realmente podría pasarle por encima y "GOLEAR", como necesita, a este Boca, siempre y cuando los 'Xeneizes' muestren el mismo nivel de la ida en 'La Bombonera'.
La esperanza más realista para los azules es anotar el 2-0 que forzaría la definición a penales. Lo lindo del fútbol es que ningún número predice lo que realmente puede llegar a pasar en la cancha y los próximos 90 minutos que definen esta historia prometen, como mínimo, una lucha hasta "la" final.