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Las parejas más caras del mundo

Messi-Neymar y Cristiano-Bale, ¿cómo hacer convivir a dos estrellas en el mismo equipo?

Oscar García

Lunes 2 de septiembre de 2013

"Vengo a ayudar a Messi a seguir siendo el mejor", aseguró Neymar durante su presentación con el FC Barcelona.

 Más de 50.000 personas acudieron a ver al futbolista brasileño durante su puesta de largo en el Camp Nou. El conjunto azulgrana pagó unos 57 millones de euros (más de 38 mil millones de pesos) por el ex delantero del Santos.

Más caro ha sido Gareth Bale. En concreto, 92 millones de euros (cifras no oficiales) habría pagado el Real Madrid por el jugador galés. Pese a lo abrumador de los dígitos, Bale no es el jugador más caro del planeta, un honor que seguirá correspondiendo a Cristiano Ronaldo.

"Él (Cristiano) es el jefe, quiero aprender de él", aseguró el ex del Tottenham en conferencia de prensa.

¿Por qué un precio tan elevado? Bale era, hasta hace poco, la imagen no sólo de los "Spurs" ingleses, sino de toda la liga inglesa en el exterior. Sus números y estadísticas, su proyección, apuntan a que será uno de los futuros ganadores del Balón de Oro.

Pero apunten un dato. Bale es de Gales, un país con mucha tradición futbolística, pero poco peso en el panorama internacional. A diferencia de Neymar, Messi o Cristiano, será complicado que llegue alguna vez a jugar competición internacional. Ni Mundial ni Eurocopa. Casi dedicación exclusiva al club. Eso, hoy en día, tiene un valor.

La rentabilidad parece evidente. Fíjense, en apenas unas horas, cómo promociona la cadena internacional Sky la Liga española:

 

ROLES SECUNDARIOS

Lo más llamativo de los dos fichajes más importantes de la temporada, Neymar y Gareth Bale, además de su precio, es el papel, en principio, secundario que deben asumir en sus nuevos clubes.

Acostumbrados, en Brasil e Inglaterra, a ser los líderes de su equipo y tomar las riendas en el campo, ambos quedarán ahora a la sombra de los jugadores franquicia de Madrid y Barcelona. Serán gregarios de los que son, en este momento, los dos mejores jugadores del mundo: Cristiano Ronaldo y Lionel Messi.

Portugués y argentino son el presente. Bale y Neymar, el futuro. Jugadores llamados a sustituir a Lio y CR7 en un nuevo orden mundial, no muy lejano. Neymar, el reflejo del estilo de Messi: balón pegado al pie, regate, precisión y clase, al servicio del equipo. Del estilo culé. Bale, la copia más lograda de Cristiano: velocidad, fuerza, potencia y un afán de superación que va más allá de lo racional. Ideal para el Madrid.

Bale y Neymar deben adaptarse no sólo a una nueva ciudad, club, compañeros y estilo. También aceptar un nuevo rol, y ganarse poco a poco su sitio. Aceptar que su momento está por llegar, para crecer y aprender al lado de estos dos monstruos futbolísticos.

¿CÓMO HACER FUNCIONAR A LAS PAREJAS?

A pesar de sus buenas intenciones, su nuevo papel en Madrid y Barcelona deja muchas dudas. La historia ha demostrado la complicada convivencia, en un mismo momento histórico y en un mismo club, de dos estrellas del nivel Messi-Neymar o Cristiano-Bale. Y menos cuando ocupan posiciones en la cancha tan similares.

Di Stefano-Puskas, Pelé-Garrincha,  en su momento, quizás son excepciones. Salas-Zamorano, o, en otro ejemplo más contemporáneo, Ronaldinho-Messi, no terminaron por funcionar. El brasileño debió irse para dejar crecer a "la Pulga". Ibrahimovic tampoco pudo convivir con el argentino. Nunca es fácil repartir méritos, ceder portadas y compartir focos. Dos personalidades tan fuertes acaban por chocar. Todos quieren el protagonismo.

Hacer no sólo convivir, sino funcionar en la cancha a estas dos parejas será el reto de Martino y Ancelotti. Parece fácil: los buenos jugadores siempre se entienden, ¿no?

La primera consecuencia, y media para adaptarse, parece lógica: cambiar su posición. Neymar y Bale han modificado (o modificarán) su situación el campo, para no estorbar a sus "jefes". Neymar hacía de Messi en Brasil. En el Barcelona debe acomodarse a una banda, y ocupar los espacios que deja libre el argentino. Su función, más que anotar, es asistir a Lio.

Bale era el dueño del carril izquierdo en el Tottenham, territorio propiedad indiscutible del portugués en el Madrid, lo que le obligará a cambiarse a la derecha, o retrasar su posición a la de lateral, como en sus inicios. Sin hablar de tiros libres ni de penales. Terreno vedado para los nuevos.

Sólo el tiempo dirá si estas dos prometedoras sociedades funcionan, o suponen un fracaso para Madrid y Barcelona. De momento, lo mejor es sentarse a ver qué sucede y disfrutar. Pero no sería de extrañar que alguna de las dos duplas termine por romperse, y asistamos a un auténtico drama en el próximo verano europeo.