Si hay una rivalidad en el mundo del deporte que supera todo lo imaginable, esa es la de los derbis locales, los clásicos que se repiten año tras año rodeados de la emoción que sólo la incertidumbre puede aportar.
Entre las grandes citas que tiene el fútbol mundial cada año está la que ofrecen los dos mejores equipos de la capital de España: Real Madrid y Atletico de Madrid.
Si bien es cierto que la historia está claramente decantada del lado de los "merengues", la pasión inquebrantable que profesan los "colchoneros" por su equipo convierte siempre a estos partidos en un auténtico espectáculo.
Este año, el encuentro en el Santiago Bernabéu venía marcado por las distintas realidades que atraviesan ambos clubes.
Para empezar, un "Atleti" que está firmando una gran campaña y que era el único que podía seguir el increíble ritmo del FC Barcelona, que firma el mejor inicio liguero de la historia con 13 triunfos y un empate.
Un fuerte contraste con los blancos, a 11 puntos de los catalanes, con demasiadas dudas en su juego y un DT, Jose Mourinho, cada día más complicado.
El encuentro de este sábado en el campo del Paseo de la Castellana había sido presentado como un referéndum sobre la continuidad del técnico luso, en abierto desafío con sus jugadores, sus directivos y su afición.
Antes del partido salió en solitario al césped, entre los tibios aplausos de los pocos hinchas que había en ese momento en el campo. El triunfo que consiguió su equipo después hizo que los aficionados olvidaran la tensión previa y concediera un nuevo periodo de gracia a "the special one", como fue bautizado en Inglaterra.
El cotejo en sí tuvo poca historia y sirvió para refrendar la paternidad de los blancos sobre los rojiblancos.
Un partido de pierna dura que fue manejado a su antojo por el Real Madrid, que nunca vio comprometida la victoria final. Dos goles, uno en cada tiempo, fueron la diferencia final, sin duda un marcador corto para lo que se vio en el terreno de juego.
Cristiano Ronaldo (15') recuperó su mejor forma y marcó un espectacular gol de falta directa ante el que nada pudo hacer el arquero Courtuois. En la segunda parte fue el alemán Mesut Özil (66') quien sentenció el partido, a pase precisamente de CR7, quien envió dos balones al palo.
La inoperancia en ataque de los del "Cholo" Simeone fue total, con Falcao perdido en una guerra sin sentido con los defensas blancos y muy poca fluidez en el juego. Los "merengues" lograron sobrevivir a la dureza del rival gracias a su verticalidad, con algunos contraataques vertiginosos que no acabaron en el fondo del arco "colchonero" por muy poco.
Prueba superada, en fin, para "Mou", que deberá enfrentarse la próxima semana al Ajax en el último partido de su grupo por la Liga de Campeones y que está obligado a trazar un plan B para intentar recortar lo que ya parece imposible, la tierra de por medio que ha puesto ya el Barça en sólo 14 jornadas y que, por ahora, parece irremontable.